Una potente explosión registrada este miércoles en una subestación eléctrica del norte de Enschede, Países Bajos, provocó un apagón masivo que afectó a más de 20.000 hogares.
La red local Enexis confirmó que el corte de electricidad ocurrió a las 11:02 horas (09:02 GMT) y dejó exactamente 20.597 clientes sin suministro eléctrico, sin que hasta ahora se conozcan con precisión las causas del estallido.
El impacto de la explosión no fue solo técnico: un trabajador de Enexis resultó herido y fue trasladado al hospital en ambulancia. Aunque los informes preliminares aseguran que fue atendido con prontitud, no se ha revelado la gravedad de sus heridas.
La empresa, ha limitado su respuesta a un escueto comunicado en el que asegura que “nuestros técnicos ya están en camino para resolver el problema”, sin aclarar aún el origen del incidente.
Mientras tanto, la ciudad vive horas de tensión. Tiendas han cerrado sus puertas, semáforos están apagados, y el tráfico ferroviario se encuentra parcialmente paralizado por las barreras de paso a nivel que han quedado bajadas, generando congestión y confusión entre los conductores.
En redes sociales, los residentes comparten imágenes de calles a oscuras, negocios colapsados y vecinos preocupados por la duración del apagón.
Particular preocupación genera la situación de los más vulnerables. Al menos una residencia de ancianos reportó personas atrapadas en ascensores, y los servicios de emergencia han sido desplegados para atender casos críticos.
Por el momento, el hospital del centro de Enschede se mantiene operativo gracias a sistemas de respaldo, pero las autoridades no descartan posibles afectaciones si el problema se prolonga.
La explosión y el posterior corte energético han puesto en evidencia la fragilidad de ciertas infraestructuras urbanas. En medio del desconcierto, el episodio también reabre el debate sobre la capacidad de respuesta y seguridad de las redes eléctricas locales, sobre todo ante eventos imprevistos como este.
En otras partes de Europa, fenómenos similares han provocado inquietud generalizada. Países como Francia, Portugal, Italia y Alemania han experimentado apagones parciales, aunque sus sistemas eléctricos suelen contar con mayores mecanismos de respaldo.
No obstante, Enschede se convierte hoy en un ejemplo preocupante de lo que ocurre cuando una ciudad moderna depende de un sistema energético vulnerable.
La población continúa esperando respuestas claras. Mientras tanto, las autoridades trabajan contra reloj para restablecer el servicio y evitar mayores daños. Pero para muchos, lo vivido hoy en Enschede ha sido un recordatorio aterrador de lo que sucede cuando se apaga la luz... y el sistema no responde.
Esto coincide con el gran apagón sufrido por España y Portugal lo que constituye una alerta con mira a posibles hechos futuros que involucren el mantenimiento de las redes.
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