En una decisión inesperada, los dos principales funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) fueron destituidos esta semana por "falta de resultados", según anunció la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. La medida responde a la significativa reducción en el número de arrestos de migrantes irregulares en el mes de febrero.
Mientras que a finales de enero se realizaban hasta 800 detenciones diarias, en febrero la cifra cayó a menos de 600 por día, muy por debajo del objetivo de entre 1,200 y 1,500 detenciones diarias fijado por la administración de Donald Trump. La caída en los arrestos ha sido interpretada como un obstáculo para el cumplimiento de las estrictas políticas migratorias promovidas por el mandatario republicano.
Jason Houser, exjefe de gabinete del ICE durante la administración de Joe Biden, criticó la destitución de los funcionarios en declaraciones al diario The Washington Post. Según Houser, la administración de Trump "ve mucho espectáculo" en la política migratoria y ha obligado a los agentes del ICE a enfocarse en la detención de personas sin antecedentes criminales en lugar de perseguir delitos graves como el tráfico de armas y drogas.
Pese a la presión del gobierno, la frontera entre Estados Unidos y México atraviesa uno de sus periodos más tranquilos de la última década. A pesar de esto, el Departamento de Defensa ha desplegado 3,600 militares para reforzar la vigilancia en la zona. En sectores como el texano, que incluye ciudades como Del Río y Eagle Pass, las detenciones han bajado a menos de 50 personas al día desde finales de enero. En contraste, en 2023, hasta 5,000 migrantes cruzaban diariamente el río Bravo para entregarse a la Patrulla Fronteriza y solicitar asilo, según datos del Washington Post.
La disminución en el flujo migratorio comenzó el año pasado cuando el gobierno de México intensificó la vigilancia y restringió el tránsito de migrantes hacia la frontera norte. Posteriormente, la administración de Biden impuso una medida que prohibía solicitar asilo a quienes ingresaran de manera irregular a EE.UU., exigiendo que usaran la aplicación CBP One para obtener una cita oficial. Sin embargo, con la llegada de Trump al poder, miles de estas citas fueron canceladas, endureciendo aún más el acceso de los migrantes al país.
Según fuentes internas del ICE citadas por el Post, la agencia pasó semanas antes de la toma de posesión de Trump elaborando listas de indocumentados para arrestos masivos. No obstante, estas listas se han agotado, reduciendo las posibilidades de continuar con las detenciones a gran escala prometidas por el presidente republicano.
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