En un programa reciente dirigido por el periodista Juan Manuel Cao desde su canal de YouTube, la abogada cubanoamericana Elizabeth Amarán respondió a una de las preguntas más inquietantes para muchos inmigrantes: ¿puede Estados Unidos revocar la ciudadanía a quienes ya la han obtenido?
La especialista aclaró que aunque sí existe esa posibilidad, se trata de un proceso complejo, inusual y con criterios muy específicos. “No es algo que el gobierno haga a la ligera”, afirmó.
La abogada explicó que hay dos caminos por los que se puede revocar la ciudadanía: uno civil y otro penal. El procedimiento civil es el más utilizado y se basa en el descubrimiento de irregularidades durante el proceso de naturalización.
“El gobierno tiene que demostrar que hubo fraude, mentira u ocultamiento de información esencial”, precisó Amarán. “La carga de la prueba recae sobre el gobierno, no sobre el ciudadano”, añadió, enfatizando que el proceso no garantiza representación legal gratuita, algo que puede complicar la defensa del acusado.
El procedimiento penal, más severo, se aplica cuando la persona ya había cometido un delito grave antes de obtener la ciudadanía y se demuestra que ocultó esa información. Casos así suelen ser menos comunes, pero no imposibles.
Uno de los factores más observados por las autoridades es la vinculación del solicitante con organizaciones consideradas enemigas o peligrosas, como el Partido Comunista de Cuba o la Unión de Jóvenes Comunistas. “No basta con ser acusado. Tiene que probarse participación activa y significativa”, aclaró la abogada.
Además, subrayó que cualquier hecho que motive una revocación debe haber ocurrido antes de la fecha en que se otorgó la ciudadanía. A partir de ese momento, la Constitución protege ciertos derechos del ciudadano naturalizado.
En este sentido, recordó un precedente clave: en 2017, el Tribunal Supremo dictaminó que solo mentiras “materiales”, es decir, que hayan influido directamente en la elegibilidad para naturalizarse, son base suficiente para iniciar una desnaturalización.
Amarán también explicó qué se considera una mentira material.
Por ejemplo, ocultar una condena grave o no declarar vínculos con cuerpos represivos como el Ministerio del Interior cubano. “Un elemento material es todo aquello que pudo haber afectado tu elegibilidad. Si lo ocultaste y era relevante, puede ser motivo de revocación”, enfatizó.
Aunque la posibilidad existe, el mensaje final de la abogada fue de tranquilidad: estos casos son contados y requieren pruebas contundentes. Pero sí sirven como advertencia para quienes inician el proceso de naturalización: la honestidad es clave desde el principio.
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