El presidente estadounidense Donald Trump ha encendido nuevamente las tensiones comerciales internacionales al anunciar la imposición de aranceles del 30% a las exportaciones procedentes de la Unión Europea y México, una medida que entraría en vigor el próximo 1 de agosto si no se alcanza un acuerdo. Las cartas enviadas directamente a los líderes de ambos territorios, publicadas en su red social Truth, forman parte de una estrategia de presión que ha marcado su política comercial desde su regreso al poder.
En las misivas, Trump advierte que cualquier represalia por parte de sus socios será respondida con aumentos adicionales. “Si deciden elevar sus aranceles, sumaremos ese porcentaje al 30% ya aplicado”, señala. El mandatario condiciona la suspensión de los gravámenes a que se eliminen las “barreras no comerciales” y se “abra el mercado europeo”.
El anuncio sorprendió tanto a Bruselas como a Ciudad de México. En el caso mexicano, la misiva llegó horas después de que una delegación intentara negociar en Washington para evitar la medida. Pero Trump no solo se dirigió a estos dos actores clave del comercio global. En los últimos días ha enviado comunicaciones similares a más de 20 países, entre ellos Corea del Sur, Japón, Brunéi e Irak, con porcentajes que oscilan entre el 20% y el 40%, según la lista original difundida en abril.
Brasil fue blanco de una sanción especialmente severa: un arancel del 50%. La razón no fue económica, sino política. Trump justificó la medida afirmando que el gobierno brasileño persigue al expresidente Jair Bolsonaro, a quien considera víctima de una "caza de brujas" por su implicación en el intento de golpe de Estado de enero de 2023.
Aunque estas decisiones afectan múltiples sectores, los más golpeados serían la industria automotriz y aeronáutica en Europa, y los productos no cubiertos por el TMEC en el caso mexicano. Además, la amenaza de nuevos gravámenes del 200% a los productos farmacéuticos añade incertidumbre al panorama.
Las reacciones en Bruselas no se han hecho esperar. Funcionarios europeos han calificado la situación de “desequilibrada” y urgen a encontrar una salida diplomática antes del 1 de agosto. El comercio entre Estados Unidos y la UE representa la relación bilateral más intensa del planeta, con un volumen diario superior a los 2.400 millones de euros y un déficit estadounidense cercano a los 200.000 millones en 2024.
Esta nueva ofensiva arancelaria parece responder más a un intento de imponer condiciones de fuerza que a criterios económicos coherentes. Trump insiste en que el proteccionismo es una herramienta válida para forzar acuerdos bilaterales, aunque hasta ahora solo ha alcanzado avances parciales con Vietnam, Reino Unido y una tregua temporal con China.
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