La campeonísima Omara Durand, ícono del paratletismo cubano y leyenda viva del deporte mundial, ha sido madre por segunda ocasión. Esta vez es Liz Allison Vicet Durand la que ha irrumpido en el hogar de la corredora.
El parto tuvo lugar en el Hospital Obstétrico Ginecológico "Ramón González Coro" (Sagrado Corazón) en La Habana, donde madre e hija se encuentran bien. Omara, madre también de Ericka Vicet Durand, suma así otro hito a su historia personal, esta vez fuera de las pistas, pero igual de conmovedor.
Con un palmarés impresionante —11 veces campeona paralímpica, 13 veces campeona parapanamericana, 14 veces campeona mundial (incluidos títulos en campeonatos para ciegos y personas con discapacidad), y poseedora de 11 récords mundiales—, la noticia ha generado una avalancha de felicitaciones en redes sociales.
Pucho Oroza, quien compartió la noticia, lo dijo con emotiva precisión: “Esta vez, otra medalla de oro, pero para su vida”. Y no hay frase más justa: Omara representa la grandeza no solo por sus hazañas deportivas, sino por la entereza y dulzura con que asume cada nuevo reto, cada rol.
"Una mujer con todos los atributos y distinciones de este mundo", escribió el destacado comentarista y narrador René Navarro, destacando su calidad como madre, hija, esposa y atleta excepcional.
Las felicitaciones se multiplicaron con cariño y admiración: “Muchas felicidades, campeona, otra medalla de oro lograda”, “Ahora a disfrutar de la familia”, “Felicidades mil veces, campeona”. Y no faltó el humor cubano: “Se les olvidó ponerle sábanas a la cama”, bromeó un usuario, reflejando la cercanía y cariño popular que rodea a la atleta.
"Bienvenida al mundo, Liz Allison. Cuando crezcas, sabrás la inmensa fortuna que es ser hija de una leyenda". Para Omara Durand, esta nueva etapa es una cima distinta, pero no menos luminosa. Porque cuando una mujer que ha dado tanto se convierte en madre otra vez, el mundo entero aplaude.
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