El caso de Yoslién Rodríguez Roa, un médico cubano que auxilió a un manifestante baleado durante las protestas del 11 de julio de 2021, ha puesto en evidencia las injusticias y abusos del régimen cubano.
A pesar de su labor humanitaria en medio del caos y de haber atendido a un coronel herido en la misma manifestación, Rodríguez Roa fue detenido y condenado a 11 años de prisión por el delito de atentado.
La hermana del médico, Liusmary Díaz Roda, denunció a Diario de Cuba que las autoridades ignoraron los hechos relevantes en su defensa, incluyendo que había cumplido una misión médica en Brasil durante dos años y que solo estaba auxiliando a personas heridas durante las protestas. Incluso, señaló que el objeto que supuestamente llevaba en sus manos, una lata de cerveza, fue malinterpretado como una piedra por parte de las autoridades.
"El trabajaba en el policlínico Tomás Romay de este municipio, mi hermano no es un delincuente. Estando ya en la cárcel, su abuela murió y no autorizaron un pase para darle el último adiós. Ahora está en la prisión de Valle Grande y se queja que allí se pasa mucha hambre; que la poca comida que dan a veces está descompuesta y no la puede comer", dijo.
Además, Díaz Roda lamentó que a su hermano no se le permitió asistir al funeral de su abuela y que las condiciones de la prisión de Valle Grande, donde actualmente se encuentra, son precarias y se pasa hambre. El médico fue condenado sin pruebas contundentes y el testimonio de un coronel que había sido atendido por él no fue tomado en cuenta.
El manifestante Osiris José Puerto Terry, a quien Rodríguez Roa auxilió tras ser baleado, expresó su indignación por la injusta condena del médico: "'Coqui', como lo conocen en el barrio, fue el que me salvó la vida cuando me balearon el 11 de julio, por auxiliarme como médico lo condenaron, por eso yo pido libertad para él, porque considero que es una gran injusticia que esté preso''.
El caso de Yoslién Rodríguez Roa es solo uno de los cientos de cubanos que enfrentan represalias y largas condenas por ejercer su derecho a manifestarse pacíficamente. Según la plataforma independiente Justicia11J, al menos 783 cubanos continúan en prisión por participar en las protestas del 11 y 12 de julio de 2021 en toda la isla. La situación pone en evidencia la grave violación de los derechos humanos en Cuba y la necesidad de que la comunidad internacional siga presionando por la libertad de todos los presos políticos en el país.