La cantante e influencer Seidy La Niña volvió a ser el centro de atención este fin de semana tras acudir al supermercado Publix con un atuendo que no dejó indiferente a nadie. Vestida con un conjunto tejido blanco que dejaba poco a la imaginación, la artista decidió documentar su experiencia y compartirla con sus seguidores en redes sociales.
“Hoy es sábado, me voy para la playa, pero antes pasé por Publix a comprarme un rapé que me gusta mucho y no tengo otra ropa, así voy vestida”, dijo Seidy entre risas mientras grababa el ambiente.
Las reacciones no tardaron. En el estacionamiento, un señor se le acercó entusiasmado a pedirle una foto, mientras otros intentaban disimular su curiosidad sin mucho éxito. Dentro del local, algunas miradas fueron inquisitivas y otras francamente divertidas. Una mujer mayor la miró con desaprobación, mientras otra clienta más desinhibida le soltó:
“No se te ve nada, lo que es tuyo exhíbelo mientras puedas”.
Uno de los momentos más comentados fue el cruce con una pareja de adultos mayores. “Por la cara de ella, él no coge la pensión este mes”, bromeó Seidy.
A través de este acto espontáneo, la artista no solo volvió a captar la atención mediática, sino que reforzó su estilo provocador y auténtico. Seidy La Niña es conocida por desafiar los estereotipos de belleza y género, tanto en su música como en su presencia pública. En su tema “Celulitis”, por ejemplo, celebra su cuerpo natural sin filtros ni retoques, promoviendo el amor propio y la aceptación.
Aunque ha sido objeto de críticas, especialmente por su contenido en OnlyFans y por el uso polémico de la bandera cubana en uno de sus videos, Seidy ha respondido siempre con seguridad y sin perder el sentido del humor. Incluso cuando fue cuestionada por su orientación sexual en redes, respondió de forma directa y sin complejos.
Su aparición en Publix es vista por muchos como una nueva muestra de su irreverencia y confianza personal. Más allá del escándalo superficial, Seidy La Niña continúa posicionándose como una figura que no teme romper moldes ni incomodar a quienes prefieren los límites convencionales.