Con la llegada del verano, Cuba se enfrenta a un escenario alarmante: la crisis energética, lejos de mejorar, se profundiza. Este sábado 22 de junio, cuando oficialmente comienza la temporada más calurosa del año, las previsiones apuntan a un panorama sombrío: el país no podrá cubrir ni siquiera la mitad de la demanda eléctrica en los momentos de mayor consumo.
La estatal Unión Eléctrica (UNE) ha reconocido que los apagones se extienden en promedio hasta 18 horas diarias, aunque hay regiones, como zonas rurales de Pinar del Río, donde los cortes superan las 30 horas seguidas. La situación ha alterado por completo la rutina de muchas familias. "Aquí cocinamos de madrugada, si es que hay luz a esa hora", comenta Ana Rosa Rivero, ama de casa de 57 años. "Los mosquitos no dejan dormir y uno no sabe cuándo regresará la electricidad".
En medio de la desesperanza, el director de la UNE, Alfredo López, admitió que en algunas provincias se desconectan hasta el 90% de los circuitos eléctricos al mismo tiempo. El objetivo oficial, por ahora, no es eliminar los apagones, sino hacerlos “manejables”. El propio presidente Miguel Díaz-Canel ha calificado la situación como “crítica”, aunque ha evitado referirse a las pequeñas protestas que se han producido en varias localidades a raíz del colapso energético.
Expertos como Jorge Piñón, del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, advierten que no hay soluciones inmediatas. “La única salida es la recapitalización total del sistema eléctrico cubano, con una inversión estimada entre 8.000 y 10.000 millones de dólares”, señala. Piñón describe las plantas termoeléctricas del país como "almendrones" —en referencia a los viejos autos americanos que circulan en Cuba—: por más combustible que se les suministre, no alcanzarán nunca su potencial original.
Mientras tanto, el gobierno intenta impulsar una transición hacia fuentes renovables, especialmente la solar. Con apoyo chino, prevé construir cerca de 100 parques solares antes de 2031, aunque solo 16 están operativos hasta la fecha. Sin embargo, Piñón alerta que sin sistemas de almacenamiento (baterías a gran escala), esta apuesta podría quedarse en una solución parcial y poco eficaz.
El déficit de combustible también afecta a los generadores eléctricos distribuidos por el país, que apenas funcionan al 40 % de su capacidad. Aunque las autoridades insisten en culpar al embargo estadounidense por la falta de divisas y el acceso limitado a combustible, los analistas señalan problemas estructurales internos y una gestión ineficiente como causas principales del colapso energético.
Todo indica que este verano será uno de los más duros para los cubanos, no solo por las altas temperaturas, sino por la incertidumbre que genera un sistema eléctrico al borde del colapso y sin respuestas claras en el horizonte.
Fuente: EFE
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