El reciente fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años ha dejado un vacío en la Iglesia Católica, desencadenando especulaciones sobre su sucesor.
La comunidad vaticana está dividida entre dos grandes corrientes: los progresistas, que buscan continuar con la agenda de Francisco y los conservadores, que favorecen un regreso a los valores tradicionales de la Iglesia.
A medida que se aproxima el cónclave, se perfilan los "papables", doce cardenales considerados como posibles sucesores, cada uno con su propia visión y características.
Uno de los nombres más mencionados es el de Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano. Con 70 años, Parolin se presenta como una figura de consenso, difícil de encasillar entre progresistas o conservadores.
Su extensa experiencia diplomática, especialmente en Latinoamérica y Asia, y su habilidad para mantener relaciones con potencias como China, lo posicionan como un candidato fuerte para los cardenales moderados.
En el campo progresista, destaca Matteo Maria Zuppi de 69 años, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Zuppi es cercano a las causas de los pobres, los migrantes y la comunidad laica de San Egidio, lo que lo hace una opción atractiva para aquellos que desean mantener la línea de Francisco.
En una línea similar, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle de 67 años tiene el respaldo de aquellos que buscan un líder global, representando a Asia, un continente clave para el futuro de la Iglesia.
Entre los conservadores, sobresale el arzobispo de Budapest, Péter Erdö de 72 años. Su firme defensa de los valores tradicionales y su rechazo al celibato opcional y a la aceptación de uniones homosexuales lo convierten en una opción para quienes desean una visión más tradicionalista. También figura Anders Arborelius, el primer cardenal de Suecia, quien, aunque progresista en temas como la acogida de inmigrantes, se mantiene firme en la doctrina de la Iglesia.
El cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, es considerado el principal representante del continente africano en el cónclave. A sus 65 años, su influencia en temas como el matrimonio y su visión de África como el futuro de la Iglesia lo convierten en una figura destacada, aunque la posibilidad de que un africano sea elegido sigue siendo remota.
Otros cardenales de interés incluyen al arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, que con sus posiciones conservadoras en temas como el aborto y la migración, representa una opción para los fieles más tradicionales, y a Robert Francis Prevost, de 69 años, quien podría ser el candidato que equilibre las posiciones de la Curia con una perspectiva americana.
Cada uno de estos cardenales tiene características que lo posicionan como una opción viable, pero la lucha entre progresistas y conservadores podría definir el futuro de la Iglesia, que se encuentra en una etapa de transición marcada por la polarización interna.
El próximo Papa deberá manejar estas diferencias mientras aborda los retos globales que enfrenta la Iglesia en el siglo XXI.
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