El Gobierno cubano comenzó este miércoles la excarcelación de 553 reclusos, un movimiento anunciado poco después de que Estados Unidos retirara a la isla de su lista de países patrocinadores del terrorismo. Entre los liberados figuran nombres relevantes como Dariel Cruz García, Lisdiany Rodríguez Isaac y Donaida Pérez Paseiro, reconocidos como presos políticos por organizaciones defensoras de derechos humanos.
La decisión de liberar gradualmente a estos reclusos, a quienes La Habana clasifica como sancionados por delitos diversos, ha generado reacciones encontradas. Familias de presos políticos fueron citadas sin previo aviso en centros penitenciarios tras el anuncio, generando expectativas y preguntas sobre el alcance real de esta medida.
Mientras tanto, Prisoners Defenders y Justicia 11J, principales ONG que monitorean los casos de presos políticos en Cuba, han expresado escepticismo. Según sus registros, la cifra de detenidos por motivos políticos supera ampliamente a los 553 que el Gobierno planea excarcelar.
Esta medida marca la primera excarcelación significativa en Cuba desde 2019, cuando se indultó a 2,604 reclusos. En 2015, otro gesto similar se dio con la liberación de 3,522 presos coincidiendo con la visita del papa Francisco.
El anuncio llega en un momento crítico para la isla. La retirada de Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo, establecida en 2017 bajo el mandato de Donald Trump, supone una distensión parcial en las relaciones con Washington. Aunque la medida alivia ciertas restricciones financieras, el impacto económico será limitado mientras persistan otras sanciones clave.
Cuba enfrenta una grave crisis económica, caracterizada por escasez de alimentos, medicinas y combustible, apagones prolongados y una inflación disparada. Estas condiciones han alimentado un descontento social que se refleja en la ola migratoria y las protestas desde 2021.
Aunque el Gobierno cubano calificó la decisión de EE.UU. como “un paso en la dirección correcta,” subrayó que las sanciones económicas vigentes siguen complicando la recuperación de la isla. Asimismo, se mantiene cautela sobre posibles reversiones en las políticas estadounidenses, dado el historial de cambios según el gobierno de turno en Washington.
La excarcelación de los reclusos podría interpretarse como un intento del Gobierno cubano de mostrar buena voluntad en un contexto de renovados acercamientos diplomáticos. Sin embargo, para muchos observadores y activistas, el gesto no resuelve las preocupaciones de fondo sobre derechos humanos y libertades políticas en la isla.
(Con información de EFE)
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