Jamaica vive horas de tensión mientras el huracán Melissa, que alcanzó categoría 4 con vientos de hasta 140 millas por hora, se aproxima lentamente a la isla con pronóstico de fortalecerse a categoría 5 durante la noche del domingo. Ante la amenaza de un impacto directo, cientos de turistas comenzaron a abandonar el país, mientras las autoridades intensifican las evacuaciones y cierran los principales aeropuertos.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) advirtió que Melissa podría convertirse en el huracán más fuerte en la historia moderna de Jamaica. Su ojo se encontraba el domingo a unas 110 millas al sur de Kingston, avanzando a apenas 3 millas por hora, lo que aumenta el riesgo de daños prolongados por lluvias e inundaciones.
“Por todas las indicaciones, este va a ser un impacto directo”, señalaron funcionarios locales, instando a los habitantes en zonas costeras o de baja altitud a evacuar de inmediato. El ministro de Gobierno Local, Desmond McKenzie, emitió una orden de evacuación obligatoria y pidió a los jamaicanos no subestimar la magnitud del fenómeno: “Hay comunidades que no resistirán este sistema. No permanezcan en ellas”.
El temor al huracán ha provocado una salida masiva de turistas desde el sábado. El Aeropuerto Internacional Norman Manley en Kingston cerró a las 8 p.m., mientras que el Aeropuerto de Sangster, en Montego Bay, suspendió operaciones al mediodía del domingo.
“Estoy feliz de irme antes de que llegue lo peor”, dijo Francie Maher, una turista estadounidense que adelantó su vuelo. “Prefiero perder dos días de vacaciones a quedar atrapada en un huracán”.
En los hoteles de Montego Bay y Negril, los huéspedes empacaban con prisa mientras los empleados aseguraban ventanas, colocaban sacos de arena y preparaban zonas interiores como refugios temporales. “Le dije a mi esposa que se mantuviera alejada de las ventanas. No es momento para fotos, sino para protegerse”, comentó el visitante canadiense Anthony McLaughlin.
El primer ministro Andrew Holness y el ministro de Transporte Daryl Vaz instaron a los residentes a no tomar “decisiones tontas” ni subestimar el poder del ciclón. Las autoridades advierten que Melissa representa una triple amenaza: vientos que podrían superar las 160 millas por hora, lluvias torrenciales de hasta 40 pulgadas, y marejadas ciclónicas de entre 7 y 11 pies en la costa sur.
Las tiendas se han visto abarrotadas, con largas filas para comprar agua, alimentos enlatados y baterías. “No queda pan ni velas”, relató un comprador en Kingston.
El ministro de Salud, Christopher Tufton, informó que todos los hospitales públicos operan en “modo de emergencia”, con consultas externas suspendidas para disponer de más camas.
Melissa ya ha dejado cuatro víctimas mortales en Haití y República Dominicana, donde provocó inundaciones y deslizamientos de tierra antes de dirigirse hacia Jamaica.
Mientras tanto, los refugios de emergencia en todo el país comenzaron a recibir familias, especialmente en las parroquias del sur y el oeste, donde se espera el mayor impacto.
El gobierno ha pedido mantener la calma y seguir las instrucciones de las autoridades, mientras la isla se prepara para enfrentar uno de los huracanes más destructivos de su historia reciente.
Fuente: Local 10
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