El huracán Melissa continúa su rápida intensificación y alcanzó este domingo la categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos de 140 millas por hora (220 km/h), mientras avanza lentamente sobre aguas extremadamente cálidas al sur de Jamaica.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó que el ojo del sistema se localizaba a unas 120 millas al sur-sureste de Kingston y 280 millas al sur-suroeste de Guantánamo, Cuba, desplazándose hacia el oeste a solo 5 millas por hora (7 km/h). De acuerdo con los pronósticos, Melissa podría alcanzar la categoría 5 en las próximas horas, antes de impactar o pasar muy cerca de Jamaica a inicios de la semana.
Las autoridades jamaicanas emitieron una alerta máxima para toda la isla, donde se esperan vientos devastadores, marejadas ciclónicas de entre 3 y 4 metros en la costa sur y lluvias torrenciales que podrían acumular entre 15 y 30 pulgadas (hasta 1 metro en zonas montañosas). Se teme que estas condiciones provoquen inundaciones catastróficas, deslizamientos de tierra y extensos daños estructurales, además de cortes prolongados de electricidad y comunicaciones.
En Haití, se mantiene una vigilancia de huracán desde la frontera con República Dominicana hasta Puerto Príncipe, donde se pronostican lluvias intensas y ráfagas de viento peligrosas. Las zonas más vulnerables, afectadas ya por deslizamientos y precariedad habitacional, podrían enfrentar una situación crítica si el sistema se mantiene en su trayectoria actual.
En Cuba, el Instituto de Meteorología decretó una vigilancia de huracán para las provincias de Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo y Holguín, que podrían comenzar a sentir los efectos del fenómeno entre el martes y el miércoles. Se prevén acumulados de 6 a 12 pulgadas de lluvia, con máximos de hasta 18 pulgadas (45 cm) en zonas montañosas, capaces de generar inundaciones repentinas, deslizamientos y penetraciones del mar en el litoral oriental.
Las autoridades cubanas instan a la población a mantenerse informada y tomar medidas preventivas ante la posibilidad de un impacto directo o cercano, especialmente en comunidades costeras y zonas propensas a crecidas de ríos.
De mantenerse su trayectoria, el huracán Melissa podría convertirse en uno de los eventos más destructivos de los últimos años en el Caribe, afectando a tres naciones con fuertes lluvias, vientos extremos y un alto riesgo de daños humanos y materiales.
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