La Dirección General de Salud en Las Tunas publicó una nota informativa para “desmentir rumores” sobre un presunto aumento de muertes y contagios por dengue y chikungunya tras el paso del huracán Melissa. Sin embargo, la reacción de la población fue totalmente contraria: cientos de comentarios en redes sociales calificaron el comunicado como una manipulación y aseguraron que la situación sanitaria es mucho más grave de lo que admiten las autoridades.
En su mensaje oficial, Salud Pública afirmó que “no hay incremento inusual en la mortalidad por brotes virales” y que las instituciones del territorio “están activas en todos los niveles”, garantizando atención médica a la población. También señaló que se mantiene un despliegue de acciones ante el dengue y la chikungunya, insistiendo en que existe un seguimiento “profesional y continuo” de la situación epidemiológica. La nota concluye exhortando a la población a no difundir información no verificada y a consultar únicamente “fuentes oficiales”.
Pero mientras el texto oficial intenta transmitir control y normalidad, la ciudadanía retrata un escenario completamente distinto: falta de fumigación, contagios masivos, colapso sanitario y negligencias médicas.
Yordaimi, una vecina tunera, reaccionó indignada: “Dios mío. Parece que hablan de otro país. En mi barrio todas las casas están contagiadas con el chikungunya. Yo también. No vienen ni a fumigar porque no hay petróleo. Los niños lo están pasando mal. Esto es terrible y real.” Su testimonio es apenas uno de muchos que apuntan a la ausencia de acciones de control vectorial, un elemento crítico para frenar la propagación de arbovirus.
Alexander cuestionó directamente la credibilidad del comunicado institucional: “Esa es la misma excusa de siempre para desinformar a la población. Una vez más nuestros dirigentes disfrazan la realidad con mentiras.” Para muchos, la desconfianza en los mensajes gubernamentales es el resultado de años de opacidad y falta de transparencia en temas epidemiológicos.
Edisvel fue aún más allá: “Las fuentes oficiales no dicen toda la verdad. La realidad que sufre el pueblo la publica el propio pueblo. Por eso pocos creen en lo que los medios oficiales dicen.” Su comentario evidencia un patrón ya reconocido por especialistas: en Cuba, el flujo de información sobre salud depende cada vez más de testimonios ciudadanos y no de reportes institucionales.
Incluso hay denuncias directas sobre fallecidos asociados a los brotes. Yulier, otro residente tunero, escribió: “Es verdad que todo es una mentira. Hoy en la funeraria hay una fallecida por el virus y por negligencia médica.” Relatos como este chocan frontalmente con la afirmación gubernamental de que no existe incremento de mortalidad.
La respuesta masiva de los ciudadanos muestra un profundo divorcio entre la versión oficial y la vivida por la población. Tras el huracán Melissa, Las Tunas —como otras provincias orientales— enfrenta apagones, acumulación de basura, inundaciones y fallas en el abastecimiento de combustible, condiciones que facilitan la expansión de enfermedades transmitidas por mosquitos.
Chocolate MC agradece públicamente a Yomil y admite errores tras ser declarado culpable
Hace 3 horas
Cubanos enfrentarán a dupla estadounidense en choque clave de Mundial de Vóley Playa
Hace 44 minutos