Desde kakes picados, canciones y matutinos especiales obligatorios, se han efectuado hoy como celebraciones por el nacimiento de Fidel Castro.
Sin embargo, lo más sui generis resultó la repetición de las “Bodas bajo las Armas”, donde al menos 12 parejas se casaron la víspera al cumpleaños del polémico líder.
Las bodas colectivas de las FAR no es algo nuevo, ya en Santiago de Cuba, se había efectuado algo similar en años anteriores, con fotos incluidas en el Cementerio Santa Ifigenia junto a la piedra que sirve de tumba a Castro.
Ahora los ramos de las novias fueron ofrenda para Martí, al parecer porque mover tanto personal desde La Habana hasta la oriental provincia no pintaba como muy austero en momentos donde la maltrecha economía cubana llega a límites de depauperación comparados con el período especial.
Al menos los contrayentes, mientras se mantengan sirviendo al ejército de la isla podrán tener ciertos beneficios que otros matrimonios cubanos ni sueñan, como efectos electrodomésticos económicos y hasta la posibilidad de una casa, porque el gobierno cubano si mantiene contentos a los integrantes de su fuerza represiva, eso no se le puede negar.
Casarse para la gente común implica un gran desafío en la Cuba actual, no solo por el costo de la fiestecita, si no por el futuro incierto para la familia que se forma, en una nación donde el déficit habitacional sobre pasa las 900 mil viviendas.
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