La guerra entre Israel y Hamás, desencadenada tras el ataque de la milicia palestina el 7 de octubre de 2023, ha dejado ya más de 55.000 muertos en la Franja de Gaza. El conflicto, lejos de reducirse, ha derivado en una multiplicidad de frentes en la región, afectando también a Cisjordania, el Líbano, Siria y Libia. Aunque existen intentos de mediación y treguas intermitentes, la inestabilidad continúa dominando la zona.
Este jueves 12 de junio, España ha impulsado una propuesta de resolución en la Asamblea General de Naciones Unidas que busca poner fin a los combates en Gaza. La iniciativa, respaldada por Palestina y negociada con países aliados, exige un alto el fuego inmediato, la entrada de ayuda humanitaria y la liberación de los rehenes aún en manos de Hamás. La votación será un termómetro político del apoyo internacional a una salida pacífica.
Sin embargo, este miércoles 11 de junio, al menos 41 palestinos murieron en Gaza —la mayoría mientras intentaban acceder a un punto de distribución de alimentos gestionado por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), respaldada por EE. UU.— cerca del antiguo asentamiento de Netzarim. De ellos, 25 fueron abatidos por disparos de las fuerzas israelíes y seis más en Rafah, otro centro de ayuda de la misma organización
Además, ese mismo día se registraron diez muertes a causa de un ataque aéreo israelí en Khan Younis. Según datos recopilados desde que se reactivó este sistema de ayuda hace dos semanas (después de un bloqueo de tres meses), han fallecido 163 personas y más de 1.000 han resultado heridas intentando llegar a estas zonas.
Este jueves 12 de junio, las autoridades sanitarias de Gaza informaron que otras 36 personas murieron y 207 resultaron heridas mientras se dirigían a recibir ayuda humanitaria . También hoy han muerto tres miembros del personal médico en un bombardeo israelí en Ciudad de Gaza .
En un nuevo episodio, soldados israelíes dispararon contra personas que buscaban ayuda humanitaria, matando al menos a otras 57 personas e hiriendo a más de 360 en los centros apoyados por GHF .
Asimismo, Al Jazeera detalló que las localidades cercanas sufrieron las muertes de cinco trabajadores humanitarios en un ataque atribuido a Hamás contra un autobús de GHF que se dirigía a distribuir ayuda.
Estos puntos de distribución, diseñados para aliviar la crítica escasez de comida en Gaza—donde casi medio millón de personas está al borde de la inanición según UNICEF—se han convertido en escenarios de violencia, con disparos frecuentes que alcanzan a los civiles bajo el argumento de que se tomaron medidas defensivas en zonas descritas como "zonas de combate" por Israel .
En conjunto, desde el inicio de las operaciones del GHF a finales de mayo, se han documentado más de 220 muertes y centenares de heridos en los alrededores de estos puntos de ayuda en Gaza .
Estas cifras reflejan una crisis humanitaria que se agrava día a día: personas muriendo mientras buscan alimentos, un sistema de repartos bajo control militar y una respuesta por parte de Israel que describe la presencia de civiles en los alrededores como riesgos en "zonas de combate". Mientras tanto, la ONU y ONG internacionales advierten de posibles violaciones al derecho internacional y denuncian la militarización de la ayuda.
Mientras tanto, la violencia sigue. En Siria, una incursión del Ejército israelí en la localidad de Beit Jinn, cerca de Damasco, terminó con la muerte de un joven y la detención de siete personas. Según medios sirios, las fuerzas israelíes buscaban supuestos militantes de Hamás. La operación forma parte de la creciente presión de Israel más allá de sus fronteras inmediatas, en un intento por desmantelar las redes del grupo islamista en distintos puntos del mundo árabe.
En Gaza, se ha producido una tragedia humanitaria: cinco miembros de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), una organización respaldada por Estados Unidos, murieron durante un ataque atribuido a Hamás. La ONG denunció que el ataque se produjo contra un autobús con personal humanitario palestino, algunos de los cuales podrían haber sido secuestrados. Israel ha aprovechado este hecho para reforzar su narrativa contra Hamás, acusándolo de "instrumentalizar el sufrimiento" de la población civil.
En el plano político, el Parlamento israelí rechazó por escaso margen una propuesta de la oposición para convocar elecciones anticipadas, en medio de una fuerte división sobre la conscripción de judíos ultraortodoxos. La tensión política interna añade un nuevo factor de incertidumbre al futuro del gobierno de Netanyahu.
En otro escenario, Javier Milei, presidente de Argentina, ha expresado su apoyo a Israel desde el Parlamento hebreo. Afirmó que el mundo ha confundido los roles de víctima y agresor, declarando que "una nación que se defiende de la barbarie es tratada como agresora".
Por su parte, Sergio Toribio, activista de la Flotilla a Gaza, anunció una demanda contra Israel por "secuestro en aguas internacionales", subrayando las tensiones crecientes entre la sociedad civil global y las acciones militares israelíes.
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