El medio oficialista Cubainformación, portavoz propagandístico del régimen cubano, publicó recientemente un artículo titulado “Gira de la Embajada de Cuba en Los Ángeles: Nuevos apoyos para el fin del bloqueo estadounidense y la eliminación de la lista SSOT”. Aunque a primera vista parece un simple reporte diplomático, la publicación revela un hecho más profundo: la intensa actividad política del régimen cubano dentro del territorio de Estados Unidos, justo cuando las tensiones y protestas sociales se incrementan en ciudades como Los Ángeles.
El personal diplomático cubano, amparado por su estatus y aprovechando las libertades que otorga la democracia estadounidense, está recorriendo diversas localidades para promover su agenda política, buscar apoyos contra el embargo y exigir la salida de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo (SSOT). Que esta gira se celebre en paralelo a un clima de disturbios urbanos en la misma ciudad, y que sea divulgada por un medio abiertamente pro-régimen como Cubainformación, levanta serias sospechas sobre la participación indirecta —o incluso directa— del aparato cubano en fomentar narrativas y entornos hostiles dentro de EE.UU.
En contraste, cuando diplomáticos estadounidenses en Cuba como el embajador Mike Hammer se atreven a salir del perímetro oficial, a reunirse con ciudadanos comunes o visitar provincias fuera de La Habana, son objeto inmediato de ataques mediáticos y vigilancia represiva. El mismo régimen que se queja de supuestas injerencias extranjeras no duda en desplegar a sus representantes para influir dentro de la política interna estadounidense, amparándose en una supuesta campaña por el “levantamiento del bloqueo”.
El caso es aún más irónico considerando que, mientras funcionarios del régimen se pasean libremente por ciudades estadounidenses, el gobierno cubano mantiene férreamente controladas las visitas de diplomáticos extranjeros dentro de la isla, monitoreando cada paso, contacto y declaración, y limitando los movimientos de prensa y representantes internacionales.
La doble moral es evidente: La dictadura cubana busca reconocimiento, acceso y libertad de acción en suelo norteamericano, pero no ofrece lo mismo a los representantes estadounidenses en La Habana. El acoso constante a figuras como Mike Hammer contrasta con la impunidad con la que el régimen promueve su propaganda dentro de Estados Unidos.
Este episodio pone de manifiesto que no se trata simplemente de diplomacia, sino de una estrategia política bien calculada por parte del régimen cubano para desestabilizar, incidir y reforzar su narrativa en el exterior. La permisividad con la que se mueven en Estados Unidos debe ser revisada, sobre todo cuando su aparato de propaganda, como Cubainformación, deja entrever sin pudor su implicación en causas que pueden escalar en conflictos sociales internos.
Otaola arremete sin piedad contra artistas cubanos y pide que le nieguen visas de trabajo
Hace 1 día
Sentencian a 20 personas por disturbios violentos en la Finca de los Monos en La Habana
Hace 7 horas
¿Tiradera entre influencers? La Dura y Rachel Arderi dejan indirectas en sus historias
Hace 17 horas
Cuba enfrenta un déficit eléctrico de más de 1600 MW en el horario pico de este miércoles
Hace 1 día