Tras la noticia del abandono de una pequeña de nueve años con una sonda gástrica en la entrada del Mercado de Tercera y 70 muchas han sido las especulaciones, pero lamentablemente no ha habido una respuesta oficial del terrible suceso.
La denuncia fue compartida en redes por la usuaria Morena Clara, quien afirma haber viajado a la Isla y “regresado con el corazón roto”. Clara describe el caso estremecedor de la niña de apenas nueve años que, según su relato, se encontraba tendida en el piso con un catéter insertado en el abdomen para alimentación, sin cuidados adecuados y en plena condición de abandono".
La publicación ha generado indignación, tristeza y un nuevo foco de atención sobre la crisis humanitaria y sanitaria que atraviesa Cuba.
Pese a que no se ha podido confirmar de forma independiente cada detalle del caso (por ejemplo, el nombre exacto de la niña, su centro médico o el seguimiento oficial que se le esté brindando), este relato se inscribe dentro de una tendencia documentada en el país: el colapso de hospitales pediátricos, la escasez de medicamentos, el deterioro de la infraestructura sanitaria y la creciente vulnerabilidad de niños, ancianos y enfermos.
Por ejemplo, un informe señala que los casos de niños enfermos han “disparado” ya que los hospitales están desbordados y sin medicamentos. También se recogen opiniones como: “lo que estamos viviendo es el infierno: Cuba experimenta su mayor epidemia: el abandono”.
El Gobierno cubano ha reconocido el aumento en la mortalidad infantil y materna: la tasa de mortalidad infantil alcanzó en julio de 2025 las 8,2 muertes por 1.000 nacidos vivos, frente a 7,4 en el mismo periodo del año anterior.
La ministra de Trabajo y Seguridad Social denunció que en varias provincias los fondos sociales destinados a la atención de personas vulnerables (niños, ancianos, personas con discapacidad) no han sido ejecutados, lo que acentúa la sensación de abandono institucional.
Este contexto permite comprender por qué el caso de la niña con catéter ha provocado tanto impacto: no es un incidente aislado, sino que parece formar parte de un panorama estructural más amplio en el que el sistema de salud y el sistema social (vivienda, protección infantil, atención médica) están seriamente comprometidos.
El sistema comunista cubano, con su promesa histórica de igualdad, acceso universal a la salud y protección social, aparece en este caso como incapaz de garantizar las condiciones mínimas de dignidad para los más vulnerables.
Por tanto, esta denuncia —y otras similares— se interpretan como una expresión tangible de la “insensibilidad” que se reprocha al régimen: la existencia de niños gravemente enfermos, abandonados en su propio hogar, sin cuidados básicos, retrata un fracaso mayor.
Y frente a ello, la oficialidad asoma reconocimientos parciales (como el aumento de la mortalidad infantil) pero sin que se observe una respuesta eficaz ni una protección real para el caso concreto.
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