La situación en los cementerios de Cuba ha alcanzado niveles críticos. En Camagüey, el Cementerio General está al borde del colapso total. Testimonios de trabajadores y videos que circulan en redes sociales muestran escenas desgarradoras: nichos improvisados, ataúdes apilados de tres a cuatro en un mismo lugar y pasillos que ya no son solo vías de tránsito, sino espacios utilizados para acomodar cuerpos ante la falta de espacio. Más de 20 entierros diarios han convertido este histórico camposanto en un reflejo sombrío de la crisis que atraviesa el país.
En la capital, el histórico Cementerio de "Colón" también sufre bajo el peso de cifras alarmantes. Con más de 70 entierros al día, el personal y los recursos disponibles son insuficientes para atender la demanda, evidenciando la extrema presión que atraviesan los servicios funerarios de La Habana. Esta situación no es un hecho aislado, sino parte de una realidad que se extiende por varias provincias, donde los hospitales y servicios de salud también enfrentan saturación, escasez de insumos y falta de medidas efectivas para controlar la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos.
El Ministerio de Salud Pública ha confirmado la circulación simultánea de varios virus, pero la respuesta ha sido insuficiente. La falta de recursos básicos y estrategias efectivas ha derivado en una crisis que ya no se limita a los hospitales: incluso los espacios destinados al descanso final de los cubanos están en riesgo de colapso. Las familias se enfrentan a la dolorosa decisión de dar sepultura a sus seres queridos en condiciones indignas, en medio de un sistema funerario sobrepasado y desbordado.
La emergencia sanitaria que golpea a Cuba evidencia no solo la magnitud de la enfermedad, sino también la fragilidad de las estructuras que deberían proteger a la población en momentos de crisis. Los videos desde Camagüey y los reportes de La Habana muestran un país donde la muerte se ha vuelto visible y palpable en espacios que deberían ofrecer consuelo, no desesperación.
Organizaciones y observadores independientes como Lara Crofs y CubaEstadoFallido han documentado y denunciado la gravedad de esta situación, instando a la comunidad internacional a conocer la realidad cubana que los medios oficiales muchas veces omiten. La crisis en los cementerios es un reflejo de la catástrofe sanitaria que amenaza a toda la población.
Es urgente que se reconozca y se actúe ante esta emergencia. No se trata solo de estadísticas: detrás de cada ataúd hay historias, familias rotas y un país que necesita ayuda y visibilidad. La realidad cubana merece ser escuchada.
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