Vecinos de La Habana Vieja denunciaron la presencia de un basurero con aguas estancadas frente al Tribunal Supremo Popular, justo en una de las zonas más transitadas del casco histórico habanero.
El reporte, enviado al medio independiente Periódico Cubano, fue registrado este fin de semana en la intersección de las calles Obrapía y Aguiar, donde se observan montones de basura acumulada y charcos de agua sin recoger. Los residentes aseguran que el foco de contaminación permanece desde hace varios días, sin que las autoridades locales hayan tomado medidas de saneamiento, pese a la grave crisis epidemiológica que enfrenta la capital por el mosquito Aedes aegypti.
Las imágenes difundidas muestran desechos amontonados junto a la pared del Oratorio San Felipe de Neri y frente a la sede del Tribunal Supremo Popular, extendiéndose a lo largo de ambas instituciones. Según los denunciantes, el olor es penetrante y los charcos de agua turbia favorecen la proliferación de mosquitos y otros vectores.
“Esto lleva días así, nadie pasa a recoger nada. Y está justo frente a instituciones del Estado y cerca de escuelas”, declaró una vecina, quien prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.
La denuncia se produce en medio de un incremento sostenido de casos de dengue, zika y chikungunya en la isla. En las últimas semanas, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) confirmó un aumento de arbovirosis, aunque la población denuncia la ausencia de fumigaciones y la falta de recogida de basura en la capital.
“En cualquier calle de La Habana Vieja ves lo mismo: basura, charcos y olor pestilente. No hay limpieza ni control”, añadió otra residente, señalando que el flujo constante de estudiantes, trabajadores y turistas agrava el riesgo sanitario.
Situaciones similares se repiten en otros municipios habaneros, donde usuarios de redes sociales comparten fotos de aguas negras y desechos acumulados frente a escuelas, círculos infantiles y policlínicos.
Las autoridades locales no han ofrecido declaraciones sobre cómo enfrentan la acumulación masiva de basura. En ocasiones anteriores, funcionarios del gobierno han atribuido la situación a la falta de transporte y de personal de limpieza urbana, sin ofrecer soluciones concretas.
La crisis sanitaria se hace más evidente con la suspensión de actividades culturales y deportivas por enfermedades asociadas al virus. Este fin de semana, el Ballet Nacional de Cuba canceló sus funciones por la enfermedad de varios bailarines, y la Serie Nacional de Béisbol tuvo que posponer partidos debido a contagios entre peloteros.
La escena frente al Tribunal Supremo, símbolo del poder judicial cubano, se ha convertido así en una muestra del deterioro urbano y sanitario que atraviesa La Habana, donde los ciudadanos denuncian que la desidia estatal pone en riesgo la salud pública.
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