El carismático creador de contenido cubano Pollito Tropical volvió a robarse el show en el reality dominicano La Casa de Alofoke, aunque esta vez no fue por sus ocurrencias o su humor, sino por un momento de tensión con el productor Santiago Matías (Alofoke) que se hizo viral en cuestión de horas.
Todo comenzó por un tema cotidiano pero que terminó escalando rápidamente: el agua.
En medio del caos del día, Pollito pidió bañarse antes de que se cortara el suministro, explicando que necesitaba quitarse el maquillaje tras una larga jornada de grabaciones.
“Si se va a acabar el agua, me voy a bañar, porque me quiero quitar este maquillaje. Yo me tengo que bañar para quitarme este maquillaje”, se le escucha decir con firmeza.
El influencer, visiblemente incómodo, lanzó también una frase directa hacia el propio Alofoke: “Yo no tengo la culpa de que todos sean unos pulcros y que tú no me veas a mí limpiando y diciéndole a todo el mundo que limpie; eso es problema tuyo.”
El productor respondió con un seco “Dale, vete a bañar”, lo que no hizo más que acentuar el silencio tenso entre los presentes. El momento, captado por las cámaras del reality, rápidamente se volvió tendencia en redes sociales.
Minutos después, las cámaras mostraron a Pollito sentado en el vestidor, cabizbajo y visiblemente afectado, una imagen que conmovió a los seguidores del programa.
Las redes no tardaron en reaccionar. Miles de usuarios expresaron su apoyo bajo el hashtag #TeamPollito, dejando mensajes de aliento y admiración: “Pollito representando al pueblo de Cuba sin agua”, “Esto me partió el alma”, “Amiga, te quiero mucho, sé que estás haciendo un gran esfuerzo ahí”.
Otros destacaron su elegancia incluso en medio del conflicto: “Hasta para discutir es fina y determinada”, escribió una seguidora.
El video, compartido por Pollito en su cuenta de Instagram, ya supera los cientos de miles de reproducciones y se ha convertido en uno de los momentos más comentados del fin de semana.
Con esta nueva polémica, el influencer cubano demuestra una vez más por qué se ha ganado un lugar especial en el corazón del público: no necesita buscar cámaras para brillar.
Su naturalidad, su autenticidad y su forma directa de expresarse lo mantienen como uno de los concursantes más queridos y genuinos de La Casa de Alofoke.
Entre risas, lágrimas y momentos tensos, Pollito sigue siendo Pollito —el que representa, emociona y conquista, incluso cuando solo pide algo tan simple como un baño.
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