Los efectos de los aranceles impuestos por Estados Unidos están comenzando a sentirse con fuerza entre los exportadores chinos, que han visto una caída abrupta en los pedidos, especialmente en sectores clave como el de dispositivos médicos y electrónicos. La preocupación se hizo evidente en la Feria de Cantón, el evento comercial más importante del país asiático, donde se congregan miles de empresas con la esperanza de cerrar acuerdos internacionales.
Candice Li, responsable de marketing en Conmo Electronic Co., describió la situación como crítica: “Más del 60 % de nuestros ingresos dependían del mercado estadounidense. Desde el aumento de los aranceles, los pedidos prácticamente han desaparecido”. Washington elevó recientemente los aranceles sobre productos chinos en un 145 %, lo que ha provocado que muchas compañías vean interrumpidas sus operaciones habituales.
“Esto no es solo un golpe económico, es una amenaza directa a la supervivencia de muchas empresas. Si esto se prolonga, no solo hablamos de pérdidas, sino de despidos masivos y cierre de fábricas”, añadió Li desde el stand de su empresa en la ciudad de Guangzhou, donde se celebra la feria.
Esta edición de la Feria de Cantón es la primera desde que Estados Unidos intensificó su política comercial contra China, bajo el liderazgo del presidente Donald Trump. Más de 30.000 expositores se han dado cita, pero el ánimo es sombrío: los compradores estadounidenses —que solían ser clave— están reduciendo su participación. Según los organizadores, solo un 10 % de los visitantes proviene de EE. UU. y Europa, frente al 20 % registrado en la edición anterior.
Otras empresas reportan una situación similar. Amy Ye, quien representa a un fabricante de máquinas recreativas, explicó que varios clientes estadounidenses han cancelado o pospuesto pagos. “Hay mucha incertidumbre. Nadie quiere comprometerse si no sabe cuánto costará importar el producto dentro de un mes”, comentó.
Algunos exportadores buscan alternativas en mercados como el ruso, pero reconocen que no se compara con el volumen de negocios que genera Estados Unidos. “El mercado ruso puede ayudar, pero no compensa la pérdida de nuestros principales clientes en América del Norte”, dijo Xiong Meilin, de Dongguan Weidi Information Tech Co. Ltd.
Incluso compradores como Levy Spence, presidente de la firma estadounidense Air Esscentials, se muestran indecisos: “Me gustaría comprar, pero con estos cambios constantes en los aranceles, es imposible planificar. Todo sube de precio, incluso lo que producimos dentro de Estados Unidos, porque muchas materias primas son importadas”.
El impacto ya se refleja en las cifras: las transacciones en la edición anterior de la feria alcanzaron los 25.000 millones de dólares, una meta que, a la luz del clima actual, parece difícil de repetir.
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