El gobierno de Estados Unidos está en conversaciones con El Salvador para reactivar un acuerdo que permitiría trasladar a migrantes no salvadoreños a ese país centroamericano. Sin embargo, esta vez, las negociaciones también incluyen la posibilidad de enviar a miembros del grupo criminal venezolano Tren de Aragua a prisiones salvadoreñas, según reveló Mauricio Claver-Carone, enviado especial del Departamento de Estado para América Latina.
Esta propuesta surge en el contexto de la política de seguridad implementada por el presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien desde 2022 ha llevado a cabo una ofensiva contra las pandillas en su país. Como resultado, más de 84,000 personas han sido arrestadas, reduciendo significativamente los niveles de violencia en El Salvador. No obstante, organizaciones de derechos humanos han cuestionado las medidas por la suspensión de garantías constitucionales y detenciones masivas sin juicio.
El gobierno de Bukele no ha emitido una respuesta oficial sobre esta posible colaboración con Washington. Mientras tanto, sectores conservadores en Estados Unidos han elogiado su estrategia, considerándola un modelo eficaz de combate contra el crimen organizado.
Las declaraciones de Claver-Carone preceden la gira del secretario de Estado Marco Rubio por América Latina, quien visitará El Salvador, Panamá, Guatemala, Costa Rica y la República Dominicana. Se espera que la agenda esté centrada en la cooperación en temas migratorios y en el fortalecimiento de alianzas para contener el flujo de migrantes hacia Estados Unidos.
En este sentido, el gobierno estadounidense busca que países como El Salvador acojan a migrantes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, cuyas naciones de origen se niegan a aceptar vuelos de deportación desde EE.UU. Según Claver-Carone, enviar a los pandilleros del Tren de Aragua a cárceles salvadoreñas podría disuadir a otros integrantes de esta organización de intentar ingresar ilegalmente a territorio estadounidense.
La propuesta de revivir este acuerdo se asemeja al programa de "Tercer País Seguro" implementado durante la administración de Donald Trump. En aquel entonces, los solicitantes de asilo debían pedir protección en el primer país "seguro" al que llegaran antes de solicitar refugio en EE.UU. Esta medida fue ampliamente criticada por limitar el acceso al asilo y por exponer a migrantes a riesgos en países con altos índices de criminalidad.
Desde su regreso al poder, Trump ha impulsado nuevas restricciones migratorias y ha retomado la colaboración con líderes como Bukele, a quien Claver-Carone calificó como "el presidente más influyente de la región" y un aliado clave en la gestión migratoria.
En los últimos años, la migración salvadoreña hacia EE.UU. ha disminuido considerablemente, y Bukele ha reforzado los controles fronterizos para evitar que migrantes de otras naciones usen El Salvador como ruta hacia el norte. Esta cooperación ha sido vista con buenos ojos por Washington, lo que ha llevado a una postura más moderada del gobierno estadounidense respecto a las preocupaciones democráticas en El Salvador.
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