Ayose S. García Naranjo es un joven periodista y coordinador del suplemento Humedal del Sur, en la Editora Girón, de Matanzas. Es uno de los intelectuales que ha decidido decir verdades sobre la Cuba actual.
"Cuba se ha convertido en una sociedad vulnerable. Tan frágil y desgastada como las consignas que aún adornan las instituciones de la ciudad y que, reiteradas durante tantos años, van consumiéndose letra a letra, y a la menor brisa caen, un buen día, como ramas secas".
Ayose plantea el significado de ser vulnerable y cuáles son los límites de esa vulnerabilidad, por ejemplo aquel jubilado que dio todo por el país, su juventud. sus mejores momentos y ahora con sus dos mil pesos de pensión no puede ni siquiera comprarse unos cuantos huevos.
"Hay una crisis en Cuba que se dilata ya muchos años y cuando escribo esto temo por que la brevedad de la palabra A-Ñ-O-S no logre expresar el letanioso cúmulo de días y meses que se multiplican cuando se trata de subsistir, como es el caso.
"Y ahora no me refiero a estos momentos de paroxismo en los que se paralizan las escuelas y las instituciones estatales, sino a una crisis que carece de valor noticia por su índole cotidiana.
Porque choca la recurrencia de los encuentros entre madres para decirse, consolarse, animarse, porque sus hijos se fueron ayer o se irán mañana.
" Entonces una le dice a la otra que hacen bien, que su generación está adaptada a pasar trabajo, pero para los jóvenes la situación es más difícil y que apoyan su decisión, entre otras cosas, porque saben que el muchacho es muy familiar, y en cuanto llegue -si llega, ya sea con la ciudadanía española o por las carreteras de Centroamérica- enseguida mandará un poco de dólares y medicamentos sin los cuales, de este lado, sería imposible programar la operación del hermano o la abuela.
"Ellas saben que del otro lado la vida como migrante no es tan fácil y sufren por lo que pueda sucederles a los muchachos; también sufren por el agotamiento acumulado y silencioso de este lado, pero tienen quedarse, tienen que cubrir la retaguardia. Resultado: hogares fragmentados, familias envejecidas y solas ¿no son personas vulnerables?
"Adolescentes detrás de carretillas y tarimas; jóvenes que no pueden costearse la universidad; universitarios que trabajan 12 horas sin poder cubrir sus necesidades más elementales; ¿acaso no son todos vulnerables?
"El que cortó caña en el 70, el que peleó en Angola y regresó alcohólico, lesionado o traumado; el que sacrificó su vocación por la necesidad de país, el cirujano que botea en las noches para ejercer su vocación; la maestra que en los 90 cambió el magisterio por los hoteles; el que confió en la Revolución energética; el jubilado; el pensionado; el enfermo; el cuidador; ¿acaso no son todos vulnerables?
"Los que tienen una hora de luz al día; los que caminan kilómetros para cargar dos cubetas de agua; los que cocinan con carbón; los que no tienen 1200 pesos para comprar carbón y cocinan con leña; los que no tienen qué cocinar; ¿acaso no son todos vulnerables?
"El gobierno norteamericano, la hegemonía del capitalismo, el bloqueo, etc. pueden extenderse décadas, centurias. Achacarles el peso de nuestra vulnerabilidad no es más que el reconocimiento implícito de nuestra incapacidad para sustentarnos, para generar salidas, respuestas independientes que nos hagan, aunque sea lentamente, menos vulnerables.
"En lugar de alternativas, aparecen entonces consignas que nos convidan a la resistencia como respuesta, como modo de vida, apuntaladas de evocaciones a héroes pasados ante la ausencia de líderes actuales, ante la carencia de políticas convincentes que siembren un poco de aliento, por tenue que sea.
“Debemos resistir y vencer”; “de todos será la victoria”; “de esta situación saldremos más fortalecidos y victoriosos”; las frases florecen silvestres y en su mayoría aluden, invariables, a la victoria. Pero ¿la victoria de quién? ¿A qué costo?
"No hay victoria que se asuma como tal si se sostiene en la agonía cotidiana, en la prolongación de la subsistencia para la mayoría de las personas. Al final el tiempo pasa y se suceden generaciones que ven envejecer sus rostros y sus aspiraciones, a medida que traspasan los umbrales de la vulnerabilidad.
"Repito, entonces ¿de quién es la victoria, del pueblo o de los directivos que la proclaman? Uno se pone a pensar por estos días en tantos servidores públicos que muy poco sirven, pero sí, impune y públicamente utilizan la influencia que les confiere su cargo ¿Acaso eso no trasgrede nuestros derechos como ciudadanos y nos deja vulnerables?
"Cuba necesita un cambio urgente, total, efectivo, ya!
Del perfil de Facebook de Ayose Naranjo
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