La guerra en Ucrania ha entrado en una fase alarmante. Según informes recientes y fuentes consultadas por el Financial Times, la percepción general entre los líderes europeos es que el frente ucraniano está peligrosamente cerca del colapso.
A pesar del desgaste de ambos bandos, Rusia cuenta con los recursos militares y humanos necesarios para sostener su ofensiva al menos un año más. Esa realidad desequilibra completamente el tablero estratégico.
Mientras Moscú puede mantener su actual ritmo bélico, Kiev enfrenta crecientes dificultades para sostener líneas defensivas cada vez más extensas y frágiles.
El periodista Gideon Rachman advierte que dentro de la OTAN ya se asume que el otoño podría marcar un giro drástico, con pérdidas significativas para las fuerzas ucranianas.
“Pocos en Europa creen que Rusia esté dispuesta a negociar un alto el fuego”, afirma. Esta lectura pesimista está generando nuevas tensiones diplomáticas entre los socios occidentales, donde crece la urgencia por adoptar decisiones más firmes, más rápidas y con menos burocracia.
"La conclusión entre funcionarios y expertos es inequívoca: Europa está en peligro claro e inminente si no actúa con contundencia", advierte el informe. Las recomendaciones apuntan a un aumento inmediato en la financiación militar directa a Ucrania, que le permita adquirir armamento y ampliar su producción local.
Este impulso financiero podría ser la única barrera entre el statu quo y una ofensiva rusa que logre avances territoriales irreversibles en 2025.
Oleksander Syrskyi, comandante en jefe ucraniano, informó que la línea del frente ahora supera los 1.200 kilómetros, una cifra que refleja tanto el nivel de expansión del conflicto como el creciente desgaste del ejército ucraniano. Este estiramiento de recursos humanos, logísticos y materiales está llevando a Kiev al borde de sus capacidades operativas.
"Hace solo un año, la idea de que Ucrania pidiera una intervención más agresiva habría sido vista como pesimismo innecesario; hoy es una súplica urgente que Europa ya no puede ignorar".
Si no se produce una reacción coordinada y sostenida por parte de las potencias occidentales, la historia podría registrar 2025 como el año en que Ucrania perdió su guerra, no por falta de voluntad, sino por abandono estratégico.
Europa contiene la respiración. La cuenta regresiva ha comenzado.
Fuente: Global
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