La influencer cubana Lisandra Silva dejó atónitos a sus seguidores tras compartir en su cuenta de Instagram una experiencia íntima y desconcertante relacionada con su colección de peluches Labubu. En un testimonio cargado de emociones, la también modelo relató cómo, tras incorporar estos muñecos a su hogar, comenzó a experimentar una serie de síntomas físicos y mentales que afectaron profundamente su bienestar.
“Sentía como una bola de humo negro que me inundaba completamente”, confesó Silva, al referirse a la sensación que la acompañaba desde la llegada de los peluches. Según explicó, empezó a sufrir de migrañas intensas, insomnio, sueños inquietantes y una caída abrupta en su estado anímico. El punto de quiebre llegó cuando vio un video en redes sociales que abordaba el trasfondo simbólico de los Labubu y decidió trasladarlos a otra habitación, cerrando la puerta con llave. Aquella noche, asegura, durmió por primera vez en semanas durante diez horas consecutivas.
Su sospecha se intensificó al descubrir que algunas personas asocian estos muñecos con Pazuzu, una figura demoníaca de la mitología mesopotámica popularizada por su rol en la película El Exorcista. “Eso me hizo mucho clic por todos los sueños que estaba teniendo”, expresó.
Los Labubu, peluches virales con estética inquietante —cuerpos suaves, caras de vinilo, orejas alargadas y sonrisas ambiguas— se han convertido en tendencia entre celebridades e influencers. No obstante, el relato de Lisandra ha encendido el debate en redes sobre el trasfondo energético o simbólico de ciertos objetos.
La publicación generó un aluvión de comentarios. Algunos de sus seguidores no dudaron en recomendarle que se deshiciera de ellos. “Quémalos, si los regalas vas a pasarle lo mismo a otra persona”, sugirió una usuaria. Otros relataron experiencias similares con figuras decorativas o amuletos, atribuyendo a esos objetos cambios negativos en su vida.
Sin embargo, buena parte de las reacciones apuntaron hacia una posible afectación emocional más profunda. “Esto parece el inicio de una depresión, anda al psicólogo antes de que se cronifique”, escribió un seguidor. Otros mensajes mostraron preocupación directa: “Lisandra, por favor, busca apoyo. No estás sola” o “Lo más importante ahora es tu bienestar emocional. No lo dejes pasar”.
Ante el revuelo generado, la influencer quiso poner en contexto su testimonio. Aclaró que no tiene pruebas que vinculen directamente los peluches con su estado de salud, pero decidió compartir su vivencia por si alguien se encuentra en una situación similar. "¿Los Labubu me están enfermando? Es solo una teoría ya que no tengo pruebas ni evidencias", explicó en la descripción de su post, que rápidamente se volvió viral.