Las inundaciones repentinas que azotaron el centro de Texas desde la madrugada del 4 de julio han dejado un saldo devastador: al menos 81 personas han muerto y al menos 41 siguen desaparecidas, según informaron autoridades estatales y locales. Entre los fallecidos se encuentran 28 menores, la mayoría de ellos en el condado de Kerr, la zona más afectada. Mientras el agua sigue bajando en algunas áreas, otras enfrentan nuevas amenazas de tormentas intensas que podrían provocar más crecidas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, advirtió que la situación sigue siendo crítica en varias regiones, especialmente en Kerrville, donde los equipos de rescate continúan buscando sobrevivientes entre los escombros.
“La amenaza de inundaciones aún persiste. Las lluvias que se esperan en las próximas horas podrían empeorar el panorama”, afirmó Abbott en conferencia de prensa. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) fue activada en el estado tras la firma de una declaración de desastre mayor por parte del presidente Donald Trump.
"Lo que estamos viendo en el condado de Kerr es una tragedia sin precedentes", declaró el sheriff Larry Leitha. Solo en esa localidad se han confirmado 68 muertes, incluidas 28 niñas que se encontraban en Camp Mystic, un campamento de verano para menores cerca del río Guadalupe. Las autoridades reportan que aún hay 10 campistas y una consejera desaparecidas. El video de un time-lapse muestra cómo el agua subió en apenas 30 minutos, desbordando el río Llano y cubriendo completamente zonas habitadas.
En otros condados también se han reportado víctimas: seis muertes en Travis, tres en Burnet, dos en Kendall, dos en Williamson y una en Tom Green. Las labores de búsqueda y rescate continúan con apoyo de la Guardia Nacional Aérea, que ha desplegado drones militares de vigilancia en las zonas más afectadas.
"Cada hora cuenta. Hay familias esperando noticias y comunidades enteras intentando reconstruirse desde los escombros", explicó un portavoz del equipo de emergencias.
Las autoridades locales enfrentan críticas por la falta de preparación. En Kerr, por ejemplo, había planes para instalar sirenas de alerta por inundación, pero nunca se implementaron.
Aunque el Servicio Meteorológico Nacional emitió múltiples alertas, la limitada capacidad de contacto con residentes en zonas rurales dificultó la evacuación oportuna. El juez del condado de Williamson, Steven Snell, reconoció que "el camino hacia la recuperación será largo, pero confío en la resiliencia de nuestras comunidades".
"La velocidad con la que subieron las aguas y la magnitud del daño han tomado por sorpresa incluso a los rescatistas más experimentados", comentan desde la Cruz Roja local, que ha habilitado refugios de emergencia para cientos de desplazados. Se espera que las lluvias continúen sobre el centro de Texas, el valle de Concho y el Big Country, por lo que las alertas permanecen activas.
Con el número de muertos aún en aumento y decenas de desaparecidos, Texas se enfrenta a uno de los desastres naturales más graves de su historia reciente. La combinación de lluvias extremas, falta de sistemas de alerta eficaces y una topografía vulnerable han convertido esta tragedia en una advertencia sobre los desafíos del cambio climático y la preparación ante emergencias.
Fuente: CNN y Noticias HO