En medio de un contexto de profunda crisis dentro de Cuba, las funerarias y los velorios no escapan a la difícil situación. Una denuncia desde el poblado de Guayabal, en el municipio tunero de "Amancio Rodríguez", da a conocer las deplorables condiciones en las que se realizó el velorio de Gustavo Escalona Varona, conocido como "Gustavito", quien falleció debido a una afección hepática en el policlínico con servicios de Hospitalización "Luis Aldana Palomino".
Según el internauta Albert Rodríguez, el velorio tuvo que realizarse en una funeraria sin suministro eléctrico, utilizando linternas y lámparas recargables de los vecinos para alumbrar el lugar. De acuerdo a Rodríguez, las condiciones precarias del recinto no solo causaron indignación, sino que obligaron a interrumpir el velorio y proceder al entierro del fallecido a las 3:00 a.m. debido a la rápida descomposición del cadáver.
“Pero más allá de la lamentable pérdida de un ser muy querido por los guayabaleros, al dolor se suma la incapacidad manifiesta de los desgobernantes para garantizar un último adiós con dignidad a los fallecidos”, escribió en Facebook Rodríguez. El denunciante calificó la situación como un reflejo de la decadencia del sistema y cuestionó el uso de recursos por parte de las autoridades.
"Si se hubieran ahorrado los miles de litros de combustible gastados por el Rey del Ajonjolí para la producción de 150 litros de aceite de sésamo, de seguro alcanzaría para que la funeraria tuviera su planta eléctrica. Pero son las cosas que Liborio nunca va a entender", añadió en su mensaje.mA pesar de la indignación generalizada, Rodríguez reconoció la labor de los trabajadores de la funeraria, quienes según él, realizan una tarea titánica en medio de estas condiciones extremas.
En septiembre pasado, una cubana denunció públicamente la falta de recursos en el sistema funerario tras haber esperado 11 horas para la recogida del cuerpo de un familiar fallecido en Holguín. Según relató, la demora se debió a la escasez de transporte y combustible, una situación que afecta constantemente la operatividad de estos servicios esenciales en la Isla.
En noviembre, un caso en Mayabeque mostró cómo un difunto tuvo que ser trasladado a su entierro en un carretón tirado por caballos debido a la falta de transporte adecuado. Este hecho fue calificado como una "vergüenza nacional" y provocó un fuerte rechazo social, evidenciando nuevamente la incapacidad de las autoridades para garantizar un mínimo de dignidad en estas circunstancias.
Las funerarias en Cuba están en condiciones deplorables, como todo en el resto del país.La crisis funeraria está causando un profundo impacto emocional y social en las comunidades cubanas. Familias enteras enfrentan la angustia de no poder dar un adiós digno a sus seres queridos. La indignación y el dolor se ven agravados por la falta de respuesta y sensibilidad de las autoridades frente a estas situaciones. La descomposición rápida de los cuerpos y la necesidad de recursos para entierros han llevado a una serie de denuncias públicas.
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