El horario de verano, que consiste en adelantar una hora los relojes durante la primavera y el verano para aprovechar más la luz del día, ha sido objeto de debate durante años. Aunque cuenta con partidarios que destacan beneficios como el ahorro energético y un mayor tiempo de luz natural en las tardes, también enfrenta críticas por sus efectos en la salud, la productividad y las rutinas diarias de los ciudadanos.
Estados Unidos ajustó los relojes al horario estándar el pasado 3 de noviembre de 2024, cambio que dio inicio a mañanas más luminosas y tardes más oscuras, adaptándose a los días más cortos del invierno. La idea de eliminar el horario de verano no es nueva. Algunos estados, como Florida y California, han aprobado leyes para mantener un horario fijo durante todo el año, pero su implementación depende de la aprobación del Congreso.
El interés en este tema también ha crecido en la opinión pública, con sectores que consideran obsoleto el cambio de horario, especialmente en una sociedad moderna menos dependiente de la luz solar. Los detractores del horario de verano argumentan que el cambio afecta negativamente la salud al alterar el ciclo de sueño, lo que puede provocar problemas como insomnio o fatiga.
Señalan que el impacto económico del horario de verano, inicialmente diseñado para ahorrar energía, es cada vez menor debido a los avances tecnológicos y el uso generalizado de la electricidad durante todo el día. Donald Trump considera que el horario de verano es "inconveniente y muy costoso" para el país. Argumenta que el cambio de hora afecta la productividad, la salud y las rutinas diarias de los ciudadanos y busca el apoyo del Partido Republicano para eliminarlo.
El horario de verano tiene partidarios que destacan beneficios como el ahorro energético y el mayor tiempo de luz natural en las tardes.
La reducción de luz solar en las tardes está asociada con el Trastorno Afectivo Estacional, un tipo de depresión que aparece en otoño e invierno. El Partido Republicano hará todo lo posible para eliminar el horario de verano, que tiene un electorado pequeño pero fuerte, ¡aunque no debería!”, dijo en su red social, Truth Social, retomando una idea que ya había expresado en 2019.
Si bien el presidente electo no detalló su postura, no es la primera vez que Trump interviene en el debate. En 2019, después de que los estadounidenses perdieran una hora del fin de semana al “adelantar la primavera”, publicó en las redes sociales que “¡hacer permanente el horario de verano me parece bien!”
Un problema con la abolición de los cambios de hora es que el Congreso tendría que decidir si eliminar el horario de verano o hacerlo permanente, es decir, dar la hora de luz solar a la mañana o a la tarde.
Un defensor de hacerlo permanente es el elegido por Trump para secretario de Estado, el senador estadounidense por Florida Marco Rubio, patrocinador de un proyecto de ley bipartidista llamado Sunshine Protection Act, que ha calificado el ritual de “estúpido”. La legislación, que Rubio reintrodujo en 2023, cuenta con 38 copatrocinadores en la Cámara de Representantes y 18 en el Senado.
El tema también ha llamado la atención de los zares de la eficiencia gubernamental designados por el presidente entrante, el director ejecutivo de Tesla Inc, Elon Musk y el empresario de biotecnología Vivek Ramaswamy.
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