El jefe de la policía de Miami, el cubanoamericano Jorge Colina, se opuso de manera contundente a la iniciativa de ley que busca forzar a los oficiales a detener a los indocumentados y entregarlos a inmigración.
Colina admitió en entrevista radial en la emisora Radio 1040 AM, que "prefiere ser despedido a verse obligado a cumplir con esta polémica ley".
El oficial de origen cubano añadió, que está dispuesto a renunciar "si tiene que pedirle a los agentes bajo su mando que vayan a revisar de dónde vino alguien antes de ayudarlos". Colina afirmó que no podría detener migrantes cuando él mismo es descendiente de migrantes cubanos.
"No me importa si tiene papeles o no tiene papeles, de dónde vino o quiénes son sus padres. Ese no es mi trabajo. Mi trabajo es asegurarme de que todos en esta ciudad estén a salvo", expresó.
El proyecto de ley, busca eliminar las llamadas ciudades santuarios y exige a las policías estatales y locales que cumplan peticiones de la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE).
"En caso de hacerse efectiva esta legislación-advierte Isla Local- los cubanos que están ilegales en las distintas ciudades de la Florida podrían enfrentar la deportación inmediata si son detectados y entregados a ICE".
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