El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel volvió a escena este domingo con su acostumbrado tono triunfalista, afirmando que el régimen está “trabajando fuerte” ante el inminente impacto del huracán Melissa, que ya alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson.
Desde su cuenta de X (Twitter), el mandatario escribió: “Estamos en contacto permanente con los primeros secretarios del Partido en las provincias que sufrirán el impacto de Melissa. Se está trabajando fuerte. Hay que prever hasta lo más mínimo; y luego, de inmediato, iremos a la recuperación. Con unidad, lo superaremos.”
Sin embargo, la respuesta ciudadana fue inmediata y cargada de escepticismo. Los cubanos, cansados de discursos y promesas vacías, recuerdan que la “unidad” no basta cuando el país enfrenta la emergencia sin luz, sin alimentos y sin medios básicos de protección.
“¿Recuperación de qué si nunca hay prevención?”, cuestionó un usuario desde Holguín. Otro respondió con ironía: “La unidad no tapa los techos ni cocina sin corriente.”
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos confirmó que Melissa mantiene vientos sostenidos de 220 km/h, una fuerza capaz de arrasar viviendas frágiles y provocar marejadas devastadoras.
A las 5:00 a.m. del domingo, el ojo del huracán se ubicaba a 195 kilómetros al sureste de Kingston, Jamaica, y 450 kilómetros al suroeste de Guantánamo, desplazándose lentamente hacia el oeste. Los pronósticos indican que el ciclón podría girar hacia el norte-noreste entre el lunes y el martes, impactando directamente en el oriente cubano con gran intensidad.
Mientras tanto, las condiciones en la isla son ya críticas. En Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo las viviendas están deterioradas, los apagones son constantes y escasean los alimentos y el agua potable.
“No hay linternas, no hay combustible, no hay comida. Lo único que hay es miedo y cansancio”, denunció una residente de Palma Soriano.
A pesar del tono optimista del gobernante, los reportes en redes sociales muestran una población abandonada a su suerte. Los refugios improvisados carecen de insumos básicos y las autoridades locales apenas han comunicado planes concretos de evacuación.
Desde el viernes se registran inundaciones en zonas costeras y bajas, especialmente en el litoral sur oriental, donde los vecinos alertan que las marejadas podrían empeorar en las próximas horas.
Aun así, la respuesta del régimen sigue centrada en consignas políticas y no en soluciones prácticas.
Mientras Díaz-Canel habla de “recuperación inmediata”, millones de cubanos intentan sobrevivir con lo poco que tienen, confiando más en la solidaridad vecinal que en la gestión estatal.
En palabras de un usuario en X: “Él dice ‘lo superaremos’, pero lo que el pueblo supera cada día no es un huracán, es un sistema que ya nos destruyó por dentro.”
Con Melissa avanzando sobre el Caribe y el oriente cubano al borde del desastre, los cubanos vuelven a enfrentarse al mismo panorama de siempre: un huracán afuera y otro —más destructivo— en casa.
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