Durante dos jornadas consecutivas, la ciudad de Manzanillo en la provincia de Granma, se convirtió en el foco de protestas populares motivadas por prolongados apagones y denuncias de irregularidades dentro de la Unión Eléctrica (UNE) local.
Vecinos del barrio La Colonia, ubicado en la Calle Martí, protagonizaron manifestaciones que derivaron en un enfrentamiento con directivos de la UNE, incluyendo a la directora municipal, el jefe de operaciones y el jefe de inspectores. Testigos informaron que los funcionarios presentes adoptaron actitudes desafiantes y se retiraron del lugar sin dar respuestas a los reclamos de los ciudadanos.
Habitantes del área aseguraron que los cortes de electricidad no se deben a fallos generales, sino al funcionamiento irregular de negocios privados. Según los testimonios, panaderías, talleres de soldadura y centros de refrigeración de productos cárnicos operan con conexiones ilegales, facilitadas mediante sobornos a empleados y directivos de la UNE. Mientras tanto, los hogares residenciales sufren apagones continuos, pese a que existe un Grupo de Inspección encargado de monitorear el servicio, que aparentemente no interviene.
En la lista de negocios con privilegios de conexión se mencionan discotecas y centros recreativos, los cuales mantienen servicios activos a cambio de pagos elevados, superando los 100 mil pesos, según denunciaron vecinos.
Esta situación ha generado que la población enfrente dificultades para conservar alimentos debido a la falta de refrigeración y un incremento en enfermedades como el Chicungunya. Asimismo, se reporta atención insuficiente a pacientes encamados y la presencia de funcionarios locales con comportamientos cuestionados durante las protestas.
Testimonios indican que algunos linieros continúan realizando conexiones ilegales durante el día, priorizando negocios privados y dejando a las residencias sin electricidad. La persistencia de estas irregularidades habría motivado la intervención de las autoridades mediante un operativo policial, cuyo objetivo declarado fue controlar la situación y prevenir nuevas manifestaciones masivas.
Los hechos de Manzanillo se suman a una serie de reportes sobre deficiencias en el suministro eléctrico en otras localidades, donde los residentes documentan apagones prolongados mientras negocios privados no atraviesan la misma solución. La cobertura de los acontecimientos fue compartida por medios independientes y redes sociales, evidenciando la interacción entre ciudadanos y autoridades durante las jornadas de protesta.
Los usuarios de redes destacan la preocupación por la protección de derechos básicos como el acceso a la electricidad, la conservación de alimentos y la atención sanitaria, mientras las autoridades responden mediante medidas de control y presencia policial en zonas de conflicto.
Fuente: La Tijera