La Empresa Inmobiliaria del Comercio Interior lanzó una nueva licitación para poner en explotación 16 locales estatales en desuso en La Habana, una medida que intenta reactivar espacios abandonados mientras la economía cubana atraviesa uno de sus momentos más críticos. Según informó Tribuna de La Habana, los interesados tienen siete días hábiles —hasta el 28 de noviembre— para presentar sus propuestas en sobres sellados, detallando datos personales, nombre del proyecto, presupuesto y, de ser necesario, el plan de reparación o transformación del local.
Los inmuebles disponibles incluyen nombres conocidos por los habaneros, como “La Castellana” en Marianao, la “Cafetería San Agustín” en La Lisa y la “Cafetería Siboney” en Cotorro. Algunos son pequeños espacios deteriorados, como la “Carnicería La Torre”, mientras otros, como “La Taberna” en La Lisa, ofrecen mayor potencial para servicios gastronómicos o de alta demanda.
Este anuncio recuerda la licitación realizada hace cinco meses por la Empresa de Gestión de Patrimonio S.A., vinculada a la Oficina del Historiador, que abrió espacios del malecón habanero para negocios temporales. Entonces, la iniciativa se vendió como una “oportunidad única” para atraer emprendimientos gastronómicos y culturales capaces de aportar empleo y dinamizar una franja urbana altamente deteriorada.
Ahora, la Empresa Inmobiliaria del Comercio Interior asegura que este nuevo proceso sigue principios de transparencia y participación, prometiendo que la activación de estos locales tendrá un impacto positivo en la planificación urbana y la economía capitalina. La entidad, creada en 2021, administra más de 1 200 espacios arrendados a unos 5 000 actores económicos, en su mayoría trabajadores privados, mipymes y cooperativas.
Según su director de Desarrollo, Benito Jorge del Pino Reyes, el modelo surgió sin antecedentes y ha tenido que “hacer camino al andar”. La Habana fue pionera en esta modalidad que centraliza el arrendamiento estatal con la promesa de hacerlo “más eficiente”.
Hasta 2024, la cartera de clientes incluía 154 mipymes, 98 cooperativas y miles de cuentapropistas, quienes operan desde antiguas tiendas de La Habana Vieja hasta quioscos periféricos ubicados en suelos temporales. Del Pino Reyes insistió en que el proceso de adjudicación es totalmente público: se publica el local, se reciben ofertas y una comisión determina el ganador.
La licitación también se ampara en la Resolución 97/2021, que permite exonerar temporalmente la renta a quienes asuman la reparación del inmueble, una práctica aplicada en locales emblemáticos como La Carreta y Club 23, ambos en El Vedado.
A pesar de estas iniciativas, muchos emprendedores siguen señalando un problema de fondo: las oportunidades de arrendamiento no compensan la falta de estabilidad económica, los altos impuestos, la dualidad monetaria y la ausencia de garantías jurídicas. “Abrir locales no resuelve el caos del mercado. Sin reformas reales, todo sigue siendo provisional”, comentó un emprendedor en redes sociales.
Mientras el Estado intenta proyectar una imagen de dinamismo económico, la población observa con cautela un proceso que, aunque ofrece oportunidades, sigue atravesado por la ineficiencia crónica del aparato estatal.
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