"En Cuba, el hastío por los apagones constantes nos consume como una plaga silenciosa. Vivir atado a un horario de oscuridad, reparando electrodomésticos que se rinden ante la inestabilidad, calculando horas de ´vida´como si fuéramos rehenes de un sistema fallido; es una condena diaria. Bloque 4: tres cortes en menos de 24 horas, de 10:00 am a 2:00 pm, de 6:00 pm a 10:00 pm, y mañana amanecer sin electricidad de 5:00 am a 7:00 am.
"¿Cuánto más soportaremos esta desconexión forzada, sin agua, sin comida, sin medicamentos, mientras el régimen sacrifica al país entero?" Son palabras de la activista Lara Crofs que reflejan la dura realidad del cubano en la actualidad.
En varias zonas de Cuba, los apagones continúan generando amplias preocupaciones entre la población, que enfrenta interrupciones eléctricas cada vez más frecuentes y prolongadas. En diferentes barrios y municipios, residentes han reportado ciclos de cortes que abarcan múltiples franjas horarias en un mismo día, algunos de ellos superando las 12 horas acumuladas en menos de 24 horas. Estos cronogramas incluyen períodos diurnos, nocturnos y de madrugada, lo que altera la rutina cotidiana de miles de familias.
A través de redes sociales, diversos usuarios han compartido experiencias personales relacionadas con esta situación. Entre los reportes, se mencionan casos de hogares que pasaron toda la noche sin electricidad, así como testimonios de personas que deben reorganizar su trabajo, preparación de alimentos y descanso para ajustarse a los horarios establecidos. Otros describen afectaciones físicas derivadas del estrés y la tensión que provoca intentar adelantar tareas en lapsos reducidos de energía disponible.
Los comentarios reflejan también las dificultades adicionales que generan los apagones en viviendas con adultos mayores, personas enfermas o familias con niños pequeños. La inestabilidad del servicio eléctrico afecta la conservación de alimentos, la disponibilidad de agua en edificios que dependen de motores de bombeo y la capacidad de mantener condiciones mínimas de confort durante las horas más calurosas del día.
En algunos municipios, vecinos relatan que los cortes se combinan con la escasez de productos básicos y de medicamentos, lo que incrementa la sensación de vulnerabilidad entre quienes enfrentan jornadas prolongadas sin suministro.
Usuarios de distintas localidades detallan que la irregularidad en el servicio dificulta la planificación de actividades esenciales. Algunos trabajadores por cuenta propia informan afectaciones en sus ingresos debido a la imposibilidad de mantener encendidos equipos necesarios para su labor. Padres y madres comentan cómo deben ajustar los horarios de estudio y alimentación de sus hijos para evitar interrupciones en momentos críticos.
Lara Crofs concluye: "¿Qué pasaría si nos uniéramos para reclamar lo nuestro? ¿Si interiorizáramos que somos más y actuáramos en consecuencia? Debate esto: ¿es hora de romper las cadenas o seguir en la penumbra?
“Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan.” – José Martí
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