El joven futbolista Lamine Yamal vuelve a acaparar titulares, esta vez por su más reciente adquisición inmobiliaria: la mansión que alguna vez fue hogar de Gerard Piqué y Shakira en Esplugues de Llobregat.
La noticia ha causado revuelo, no solo por el lujo de la propiedad, sino también por la considerable rebaja en su precio, que muchos han interpretado como un “remate”.
La estrella del Barça compró la mansión por 11 millones de euros, tres millones menos que los 14 millones originales. Sin embargo, fuentes cercanas aseguran que la reducción no se trata de una venta apresurada, sino de un ajuste lógico: la propiedad formaba parte de un complejo de tres casas, y una ya había sido vendida anteriormente. La casa principal, inicialmente pensada para Shakira y su familia, terminó en el mercado tras la separación de la pareja más mediática del fútbol y la música.
Construida en 2012 por la arquitecta Mireia Admetller, la mansión ocupa 4.000 metros cuadrados y combina lujo y comodidad en un solo lugar. Además de la residencia principal, el complejo incluye dos casas adosadas, perfectas para albergar invitados o expandir la familia.
Entre sus características destacan un campo de fútbol, pista de pádel, gimnasio privado, sala de fisioterapia y un sistema de seguridad de última generación. Incluso cuenta con una sala de grabación, lo que ha encendido rumores sobre si Nicki Nicole, pareja de Yamal, podría aprovechar el espacio para impulsar su carrera musical.
Más allá de su valor material, esta compra simboliza el cierre de un capítulo importante para Piqué y Shakira, quienes dejaron atrás un hogar lleno de recuerdos y marca el inicio de una nueva etapa para Yamal y Nicki.
No es la primera inversión inmobiliaria del joven futbolista; ya ha adquirido casas para su familia, convirtiendo algunos de estos espacios en contenido viral para redes sociales, lo que incrementa su visibilidad y conexión con los seguidores.
La noticia ha generado debates y curiosidad: desde comparaciones del estilo de vida de las celebridades hasta especulaciones sobre cómo Yamal adaptará la mansión a su vida personal y profesional. Lo cierto es que, con esta adquisición, Lamine Yamal no solo suma una joya arquitectónica a su patrimonio, sino que también se convierte en protagonista de un legado que une deporte, música y lujo en un solo lugar.
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