El mercado informal de divisas en Cuba entró en una fase de aparente estabilización tras varios días de intensa actividad, especialmente por el repunte del euro, que alcanzó el pasado martes un récord de 420 pesos cubanos.
Aunque este domingo las tasas de cambio no presentan variaciones, la calma es engañosa: los problemas estructurales que alimentan el mercado paralelo siguen presentes y sin respuestas por parte del gobierno.
De acuerdo con el monitoreo independiente de elTOQUE, el euro se mantiene en su máximo histórico, mientras el dólar estadounidense permanece en 380 CUP y el MLC en 260 CUP. “La línea plana” del dólar durante siete días refleja una parálisis más que una estabilidad saludable, pues no hay señales de confianza en el peso cubano ni de recuperación de la oferta monetaria.
La reciente subida del euro no es un fenómeno aislado, sino el reflejo de una creciente preferencia de la población por una divisa que consideran más sólida y útil fuera de Cuba.
La eurozona sigue siendo uno de los principales destinos migratorios para los cubanos y eso alimenta la demanda de esta moneda frente al dólar, cuya utilidad está más limitada por las sanciones y la política bancaria nacional.
Las promesas oficiales de establecer una tasa de cambio flotante en 2024 fueron archivadas sin fecha. Las autoridades continúan alegando riesgos sistémicos para justificar su inacción, pero la falta de medidas concretas mantiene la incertidumbre en niveles críticos y refuerza el rol del mercado informal como guía real del comportamiento económico.
La consolidación del euro como divisa dominante no hace más que profundizar las distorsiones del sistema. Al mismo tiempo, muchos cubanos perciben que el peso nacional pierde valor incluso cuando se detiene momentáneamente la subida de las monedas extranjeras. Esta percepción alimenta el círculo vicioso de fuga hacia el dólar, el euro y el MLC.
La estabilización visible este domingo no implica solución alguna. La escasez de divisas, la falta de una política cambiaria transparente y la desconfianza generalizada hacia el peso cubano siguen intactas. Si el gobierno no actúa con urgencia, cualquier evento inesperado podría volver a desatar una nueva oleada de especulación y alza en las tasas del mercado informal.
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