La profesora Alina Bárbara López Hernández nos hace llegar la última reflexión del texto de CubaxCuba Laboratorio de Pensamiento Cívico que esta vez refleja un llamado de auxilio por la educación cubana escrito por el profesor universitario Pedro Pablo Aguilera, actualmente en Santiago de Cali.
"MAYDAY, MAYDAY: Crónica del descenso forzoso del modelo educativo cubano (1980–2025)
"En algún momento de los años 80, enseñar en Cuba era sinónimo de prestigio social, vocación heroica y orgullo nacional. Aquel sistema educativo, estructurado al milímetro, parecía ser el vértice del proyecto revolucionario: controlado, gratuito, masivo. Sin embargo, lo que parecía una máquina perfectamente engrasada pronto reveló su fragilidad estructural. La educación se convirtió en símbolo y simulacro, incapaz de autorrevisarse, aferrada a un modelo rígido mientras el mundo se movía hacia pedagogías flexibles y creativas.
"La crisis no llegó de golpe. Fue más bien un derrumbe progresivo, primero invisibilizado y luego inevitable. Durante el Período Especial, las escuelas resistieron a pura fe, velas y uniformes remendados. Los profesores, al igual que los médicos, se vieron atrapados en una paradoja cruel: estaban más educados que nunca, pero también más pobres que siempre. La tiza seguía escribiendo sobre pizarras rotas, pero lo que se escribía ya no tenía eco en la realidad de los estudiantes.
"El Estado prometía futuro a cambio de obediencia, pero lo que entregaba era un presente asfixiante.
"Cuando surgió el programa de Profesores Emergentes, el colapso se hizo evidente: el sistema se reciclaba a sí mismo con recursos cada vez más precarios, formando docentes improvisados que apenas podían sostener el aula como espacio significativo. Lejos de un progreso, se trataba de una táctica de contención.
"El siglo XXI, con sus promesas digitales, encontró a Cuba en cámara lenta. El acceso limitado a internet se convirtió en otra forma de exclusión, pero también en una rendija.
"A pesar de su lentitud, la red permitió que muchos jóvenes descubrieran que la verdad oficial no era la única verdad posible. Así, el aula se transformó, casi sin querer, en un campo de batalla simbólico. Entre manuales de Historia de Cuba y clases sobre José Martí, emergía una generación que aprendía a leer el mundo desde la sospecha.
"Los estallidos de 1994, 2021 y 2025 no fueron espontáneos ni apolíticos. Son consecuencia directa de un sistema educativo que, en su afán de moldear ciudadanos ejemplares, creó sujetos críticos, lúcidos y organizados.
"El verdadero legado de la escuela cubana puede no estar en sus rankings, sino en haber enseñado —sin proponérselo— que pensar distinto no es traición, sino una forma legítima de futuro"
Prof. Pedro Pablo Aguilera
Niño en Artemisa canta en ritmo de salsa lo que los adultos temen decir(contiene video)
Hace 8 horas
Otro cubano que no regresa a casa: muere chofer en accidente en Florencia, Ciego de Ávila
Hace 1 día