El presidente Donald Trump anunció el fin inmediato de las negociaciones comerciales con Canadá, tras confirmarse que Ottawa continuará con su impuesto a los servicios digitales.
Este gravamen, que entrará en vigor el lunes, afectará a gigantes tecnológicos como Amazon, Google, Meta, Uber y Airbnb, imponiéndoles un 3% sobre ingresos generados por usuarios canadienses. Además, el impuesto será retroactivo, sumando hasta 2.000 millones de dólares en pagos por parte de las empresas estadounidenses.
Trump calificó la medida canadiense como “un ataque directo y flagrante” a los intereses de Estados Unidos. A través de su red social, el mandatario declaró que “basándonos en este impuesto atroz, estamos poniendo fin a todas las conversaciones sobre comercio con Canadá, con efecto inmediato”.
Añadió que en siete días se anunciarán nuevos aranceles que Canadá deberá pagar para mantener relaciones comerciales con EE. UU.
"Económicamente tenemos tanto poder sobre Canadá. Preferiríamos no usarlo", expresó Trump, aunque advirtió que Ottawa "no saldrá bien librada" si no retira el impuesto. Fue tajante al decir: "No me importa" cuando se le preguntó si aún había espacio para renegociar.
Desde Ottawa, el primer ministro Mark Carney afirmó que su gobierno seguirá adelante con las negociaciones en defensa del interés nacional. La semana pasada, durante la cumbre del G7 en Alberta, ambos mandatarios habían fijado un plazo de 30 días para avanzar en el diálogo comercial. Ahora, ese marco parece haberse desmoronado.
Estados Unidos ya impone fuertes aranceles a Canadá: 50% al acero y aluminio, 25% a automóviles y 10% a importaciones generales. La situación se complica, ya que Canadá es su mayor proveedor extranjero de energía, minerales estratégicos y productos industriales esenciales para la economía y la seguridad nacional estadounidense.
"Este conflicto refleja algo más que una disputa fiscal", señaló el politólogo Daniel Beland. "Es una jugada geopolítica, un pulso de poder en el que Trump busca reafirmar dominio regional mientras se aproxima el año electoral".
El nuevo impuesto digital fue aprobado hace un año, pero Trump ha elegido este momento, a días de su implementación, para escalar el conflicto. El resultado inmediato: un escenario de incertidumbre económica entre dos de los principales socios comerciales del continente.
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