La suspensión de las parrandas de Guayos, en el municipio de Cabaiguán, Sancti Spíritus, ha generado un profundo malestar entre los residentes de esta localidad, que esperaban con entusiasmo la celebración del centenario de una de las tradiciones culturales más emblemáticas de la región central de Cuba.
El anuncio, hecho público a través de los canales oficiales, provocó una protesta espontánea en el poblado durante la jornada de ayer. Vecinos y participantes de los tradicionales barrios del Chivo y la Rana expresaron su descontento por lo que consideran otra decisión arbitraria, mientras las autoridades justifican la suspensión apelando a causas ya recurrentes en el discurso oficial.
Según la nota emitida por el gobierno municipal, los últimos tiempos “han sido extremadamente difíciles para los cubanos”, citando como causas del aplazamiento las secuelas de la pandemia, el recrudecimiento del bloqueo estadounidense, una economía que no encuentra su rumbo y, más recientemente, los estragos del ciclón que azotó el oriente del país, dejando a cientos de familias sin recursos.
El texto, que intenta transmitir comprensión y unidad, sostiene que la decisión se tomó tras “múltiples análisis” con autoridades provinciales, municipales y representantes de los barrios participantes, quienes coincidieron en que “el país tiene hoy toda su atención puesta en el Oriente”, región considerada prioritaria tras los daños del fenómeno meteorológico.
Sin embargo, en Guayos muchos no comparten esa explicación. Para los habitantes, las parrandas no solo representan una fiesta popular, sino un símbolo de identidad, resistencia cultural y esperanza colectiva, especialmente en momentos de crisis. Tras años de apagones, escasez y dificultades, la celebración de este año, marcada por el centenario, era vista como un respiro emocional y una oportunidad para reactivar la vida local.
“Ya todo estaba listo, los recursos invertidos, los trabajos de los barrios adelantados y la gente esperando con ilusión. Suspenderlo ahora es una falta de respeto”, comentó un vecino en declaraciones compartidas en redes sociales, donde se multiplicaron las críticas a la decisión oficial.
Las autoridades aseguraron que la suspensión es solo temporal y que la fiesta se celebrará “una vez que las condiciones lo permitan”, garantizando que los recursos invertidos se conservarán. Sin embargo, la falta de una fecha concreta y la acumulación de frustraciones han hecho crecer el escepticismo.
Fuente: Escambray
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