El congresista republicano Carlos Giménez visitó el Centro de Detención Federal para inmigrantes en el downtown de Miami, con el propósito de verificar las condiciones en que se encuentran los detenidos.
Según afirmó, la situación dentro del centro está lejos de ser inhumana, tal como había sido denunciado en un artículo de la prensa local. Giménez aseguró que los inmigrantes cuentan con alimentos, aire acondicionado, acceso a Internet, televisión y áreas al aire libre para hacer ejercicios.
Aunque reconoció que no se trata de un hotel, afirmó que el ambiente es tranquilo y digno, y que los internos tienen atención médica y psicológica, así como representación legal.
La capacidad del centro es de 500 personas, y actualmente alberga a 311 detenidos, por lo que descartó condiciones de hacinamiento. El congresista también aclaró que la mayoría de los internos no presenta antecedentes penales, aunque no especificó cuántos están allí por redadas migratorias recientes.
En cuanto a un incidente violento con 42 detenidos, reconoció que se usó la fuerza para restablecer el orden, pero negó que hubiera heridos graves. “Se han ajustado los protocolos de seguridad desde entonces”, aseguró.
"Los inmigrantes no están siendo maltratados", subrayó Giménez, destacando que observó a personas viendo televisión, jugando y comiendo fuera de sus celdas. La afirmación contrasta con reportes que hablaban de condiciones inhumanas, convirtiéndolo en el primer congresista republicano en visitar un centro de detención en Florida durante 2025.
Sin embargo, su posición no fue completamente complaciente con la política migratoria de su propio partido. Criticó las deportaciones masivas promovidas por Donald Trump, señalando que muchas personas detenidas tienen solicitudes de asilo válidas o llevan años viviendo y trabajando en Estados Unidos.
“Es necesario evaluar caso por caso para respetar los derechos humanos”, advirtió. Además, expresó su preocupación por la reciente práctica de arrestar inmigrantes en tribunales y detener a personas sin antecedentes penales.
"Negar permisos de trabajo a estos inmigrantes perjudica directamente a la economía local", remarcó, aludiendo a que muchos contribuyen activamente en sectores que los estadounidenses suelen rechazar. Como representante del distrito 28, donde reside una numerosa comunidad inmigrante, Giménez manifestó que continuará inspeccionando otros centros, comenzando con una próxima visita al centro de Krome.
Ante esta visita varios internautas se proyectan con incertidumbre. "A mi hijo lo trasladaron de Miami hacia una cárcel en Nueva Orleans y según él mismo describe, está en un espacio junto a otros 50 detenidos, donde él es el único cubano y hay muchos presos con otras causas que no son migratorias", " Todo está muy bonito pero ¿por qué mi esposo, que no ha hecho nada malo tiene que estar detenido, cuando lo único que ha hecho es trabajar desde que llegó a este país?". Declaraciones como éstas se multiplican pero hasta ahora el desasosiego reina entre muchos que llegaron a Estados Unidos a luchar por un futuro mejor para sus familias.
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