El gobierno del presidente Donald Trump ha dado marcha atrás a una breve suspensión de operativos migratorios en sectores clave de la economía como la agricultura, la pesca, los hoteles y los restaurantes. Así lo reveló un memorando interno del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), obtenido este jueves por NBC News.
La pausa, anunciada la semana pasada, había sido interpretada como una respuesta temporal a la presión de sectores económicos que dependen en gran medida de mano de obra inmigrante. Sin embargo, esa flexibilidad ha sido descartada. Según el documento, ICE continuará con su labor en estos sectores, aunque con un enfoque que evita los arrestos dentro de los lugares de trabajo, concentrándose en cambio en las comunidades.
Fuentes cercanas a los planes de ICE indicaron que esta modificación no implica una protección para los trabajadores indocumentados. “No habrá espacios seguros para quienes albergan a criminales o traten de evadir nuestras acciones”, afirmó un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). El vocero recalcó que los operativos seguirán siendo un eje esencial de la política de seguridad pública, económica y nacional de la administración.
El mensaje es claro: el regreso de Trump al poder ha traído consigo una política de “tolerancia cero” frente a la inmigración irregular. Desde la Casa Blanca, un alto funcionario señaló que se está trabajando para activar el “programa de deportación masiva más grande en la historia del país”, con especial énfasis en las llamadas ciudades santuario, gobernadas en su mayoría por demócratas, que han limitado la colaboración con ICE.
Pese a las recientes quejas de empresarios agrícolas y hoteleros que advirtieron sobre la escasez de trabajadores causada por las redadas, el expresidente se ha mantenido firme. A través de su red social Truth Social, Trump reconoció las preocupaciones del sector, pero no confirmó ninguna excepción permanente.
“Nuestros agricultores y el sector hotelero y de ocio han estado afirmando que nuestra agresiva política migratoria les está quitando trabajadores muy valiosos y veteranos, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar”, escribió. Aun así, enfatizó que hará cumplir la ley migratoria sin excepción para quienes estén en el país sin documentación.
El cambio de postura ocurre mientras el gobierno enfrenta el reto de cumplir con sus metas de arrestos, que podrían verse afectadas por la reciente pausa parcial. ICE se ha propuesto mantener su ritmo de detenciones, aunque se anticipa que las nuevas directrices podrían modificar sus estrategias de acción.
Este giro en la política migratoria ha reavivado el debate sobre el impacto económico de las deportaciones masivas. Mientras sectores productivos advierten sobre consecuencias severas para el empleo y la producción, el gobierno insiste en que su prioridad es proteger al trabajador estadounidense y castigar las redes ilegales de empleo.