El usuario Héctor Delgado Perdomo publicó recientemente en su perfil de Facebook una denuncia sobre la situación que atraviesan miles de familias cubanas debido a los prolongados apagones eléctricos.
En su mensaje, acompañado de imágenes y testimonios, describió cómo muchas personas se ven obligadas a dormir en balcones o sobre los techos de sus casas en busca de una brisa de aire que les permita descansar durante las noches sin corriente.
“Esta es la triste realidad que viven las familias cubanas: dormir en los balcones, techos de las casas de placa, donde corra una brisa de aire para tratar de descansar…”, escribió Delgado Perdomo.
Según su publicación, la falta de electricidad no solo afecta el descanso de la población, sino que tiene consecuencias directas en la conservación de los pocos alimentos disponibles, incluyendo la leche para los niños, que se descompone por la ausencia de refrigeración.
El mensaje también señala que en muchas provincias cubanas los apagones alcanzan las 15, 20 horas diarias.
En varios municipios del interior del país, el suministro eléctrico puede estar cortado durante días completos, lo que afecta el funcionamiento de centros de trabajo, hospitales, escuelas y hogares.
De acuerdo con datos recientes ofrecidos por la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), el país enfrenta un déficit estructural en la generación de energía, causado por roturas en plantas termoeléctricas, falta de combustible y un sistema eléctrico nacional envejecido.
Las autoridades han informado de mantenimientos programados y han anunciado ajustes en los horarios de afectación, pero ciudadanos como Delgado Perdomo afirman que en la práctica las interrupciones son cada vez más largas y frecuentes.
La publicación también hace referencia a un contraste visible entre la situación del pueblo y la de las zonas de mayores privilegios.
Según Delgado Perdomo, las viviendas de altos funcionarios y los hoteles destinados al turismo extranjero no se ven afectados por los apagones, lo que genera malestar en sectores amplios de la población.
En medio de este escenario, los cubanos continúan enfrentando altas temperaturas, escasez de alimentos, dificultades con el transporte y falta de acceso estable a servicios básicos.
Las redes sociales se han convertido en una vía para visibilizar esta realidad cotidiana, en ausencia de cobertura sistemática por parte de los medios oficiales.
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