En una de las operaciones más amplias contra la explotación infantil en Estados Unidos, las autoridades de Florida, en conjunto con el Servicio de Alguaciles de EE. UU. (US Marshals), rescataron a 60 menores de entre 9 y 17 años, presuntas víctimas de trata de personas. La acción, denominada "Operación Ojo de Dragón", se desarrolló durante dos semanas en la zona de la bahía de Tampa, y culminó con la detención de ocho individuos vinculados a delitos de tráfico humano, negligencia infantil, posesión y venta de drogas.
El fiscal general del estado, James Uthmeier, calificó el operativo como uno de los más importantes en el país en cuanto a rescate de menores. “Si victimizas a los niños, vas a ir a prisión, final de la historia”, sentenció durante una rueda de prensa. Uthmeier, quien también es padre, reiteró que la protección de los menores es una prioridad para su oficina.
La operación movilizó a unas 20 agencias federales y estatales, incluyendo el Departamento de Aplicación de la Ley de Florida (FDLE), cuyos agentes colaboraron estrechamente con fiscales y equipos médicos para garantizar la seguridad inmediata de los menores rescatados. Cada niño recibió atención médica, apoyo psicológico y seguimiento posterior para prevenir su re-victimización.
Según explicó el alguacil estadounidense William Berger, varios de los menores fueron hallados en situaciones alarmantes, incluyendo casos de abuso sexual y embarazos provocados por sus captores. “Esta operación no se limitó al rescate, sino que también puso en marcha mecanismos de protección y recuperación a largo plazo”, señaló Berger.
El comisionado del FDLE, Mark Glass, enfatizó que “Florida nunca será un lugar seguro para los traficantes”. Reafirmó además el compromiso del Estado con las familias afectadas: “No dejaremos de buscar a los niños desaparecidos hasta llevarlos de regreso a casa”.
Las estadísticas confirman la gravedad del problema. Solo en 2024, Florida recibió más de 1,830 alertas relacionadas con trata de personas, identificando al menos 1,874 víctimas, la mayoría entre 11 y 17 años. Estos jóvenes suelen ser captados mediante manipulación emocional o a través de redes sociales.
Ante esta realidad, el gobierno estatal ha redoblado esfuerzos. El gobernador Ron DeSantis destinó 4.9 millones de dólares para ampliar la capacidad de albergues de emergencia y mejorar el apoyo profesional a las víctimas. Además, se aprobaron leyes más severas para los traficantes y se impuso capacitación obligatoria para trabajadores de sectores clave como hotelería, salud y educación.
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