En un reciente reportaje del periodista Rolando Nápoles, transmitido por América TeVé, se abordó con tono crítico la insólita sugerencia hecha por la televisión estatal cubana, mediante la cual se insta a los ciudadanos a cocinar con carbón vegetal como alternativa ante la creciente crisis energética del país.
El reportaje exhibe cómo, en medio de apagones prolongados, escasez de combustibles y una infraestructura eléctrica colapsada, el régimen intenta “romantizar” prácticas de subsistencia propias de épocas pasadas, presentándolas como soluciones viables y patrióticas.
Durante un segmento del noticiero cubano, una reportera entrevistó a ciudadanos que explicaban cómo adaptaban sus rutinas culinarias al uso del carbón, alegando que "se cocina más sabroso" y que es una alternativa "económica".
Las imágenes mostraban improvisadas cocinas en patios y balcones, algunas peligrosamente cercanas a materiales inflamables. Lejos de criticar esta práctica, el reportaje estatal la exaltaba como símbolo de la resistencia del pueblo, sin reconocer el trasfondo de necesidad y abandono.
Rolando Napoles destacó en su cobertura la indignación de muchos cubanos ante lo que consideran una burla a su dignidad.
“No se trata de una opción cultural, sino de una imposición por falta de energía eléctrica y gas doméstico”, afirmó un entrevistado en Miami. Nápoles también subrayó los riesgos para la salud y la seguridad de cocinar con carbón en espacios cerrados, algo que la televisión cubana omitió completamente.
"Mientras el gobierno sigue sin ofrecer soluciones reales, pretende que la población se adapte al retroceso, disfrazándolo de tradición o resistencia. Pero el pueblo no quiere heroísmo forzado, quiere luz, gas y comida en su mesa," concluyó Napoles en su reportaje, evidenciando una vez más el abismo entre la propaganda oficial y la realidad cotidiana del cubano común.
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