Una carta abierta escrita por Ramón Rodríguez Cordero ha explotado como dinamita en las redes sociales. No es poesía ni discurso diplomático: es un grito, una cachetada al poder, una verdad que muchos han callado por miedo, pero que millones sienten en carne viva.
La carta, titulada “Al presidente de una sufrida Isla”, desenmascara al designado Miguel Díaz-Canel y expone sin filtro la miseria, la corrupción y la decadencia de un régimen que hace tiempo dejó de representar al pueblo.
“No fue elegido democráticamente”, recuerda el autor. Y tiene razón. Díaz-Canel es un producto reciclado de la vieja maquinaria castrista, impuesta a dedo, sin respaldo legítimo, sostenido por miedo, represión y una maquinaria propagandística que ya nadie cree. El pueblo cubano no eligió esta continuidad; la está pagando con apagones, hambre, colas eternas, hospitales sin insumos y una dignidad pisoteada.
Y lo más grave: no es solo él. Manuel Marrero, Marino Murillo, Alejandro Gil, La O Levy y otros nombres que suenan como fantasmas podridos, siguen ahí, arrastrando a Cuba al abismo con políticas absurdas, control totalitario y corrupción descarada.
Basta leer los comentarios de cientos de cubanos en redes: la frustración es total. Uno dice: “Las termoeléctricas ya no se alternan, ahora se apagan juntas como dos amigas de la 2ª Guerra Mundial”.
Otro remata: “Estos dirigentes no fueron elegidos, fueron impuestos por una cúpula corrupta que solo se ocupa de llenarse los bolsillos”.
El pueblo cubano está harto. Cansado de promesas huecas. “Este cubano de a pie no puede seguir aceptando consignas vacías mientras el pueblo sufre”, concluye Rodríguez Cordero. Y esa frase ha encendido la mecha. Porque ya no es solo una carta. Es un manifiesto colectivo.
Miles han comentado, compartido, gritado su apoyo: “Somos mayoría y debemos apoyar esta carta.”
“El sistema nos aplasta, nos humilla, nos mata de hambre.”
“¿Hasta cuándo, Cuba, hasta cuándo este teatro sangriento disfrazado de revolución?”
Algunos dicen que Díaz-Canel ni leerá la carta. Que se limpiará el trasero con ella. Y tal vez sea cierto. Porque el cinismo de este gobierno no tiene límites.
Pero cada palabra escrita, cada comentario compartido, cada cubano que deja el miedo atrás, suma.
"Ya no hay espacio para ceremonias. No hay tiempo para romanticismos.
"Este país necesita un cambio radical, real, sin maquillaje.
"Un nuevo liderazgo. Una democracia. Una voz del pueblo.
"No más continuidad. No más represión. No más mentiras.
"¿Hasta cuándo, Cuba... hasta cuándo?"
Robo de aceite de transformador termina con un fallecimiento y apagón en Santiago de Cuba
Hace 1 día
Berto Savina conversa con el periodista Nápoles sobre atropellamiento en La Habana(video)
Hace 1 día
Detienen en Bayamo a los responsables de la muerte de un bicitaxista tras violento asalto
Hace 1 día