El padre Alberto Reyes Pías, conocido por sus abiertas críticas a la dictadura, expuso una reflexión centrada en la diferencia entre lo que considera evidente y lo que denomina hipótesis. Señala que lo evidente es aquello que “filma la cámara”, lo que la realidad muestra sin interpretación, y que todo lo demás son suposiciones que pueden orientar la lectura de los hechos.
En este contexto, describe como evidente la existencia de una crisis sanitaria nacional, junto a la ausencia de una declaración oficial de emergencia y de medidas efectivas para enfrentar la situación. A esto asocia la escasez, los apagones y el deterioro del sistema de salud, mientras el gobierno anuncia la discusión de un nuevo paquete de medidas que, de implementarse, endurecería todavía más la vida cotidiana.
Reyes plantea como interrogante por qué las autoridades mantienen una actitud distante del sufrimiento de la población y que, además, apunta a incrementar las dificultades. En su reflexión se apoya en el politólogo James C. Davies, quien desarrolló la teoría según la cual los pueblos rara vez se rebelan en momentos de miseria extrema debido al miedo, la resignación y la falta de capacidad organizativa.
Según ese enfoque, las rebeliones tienden a surgir cuando una sociedad experimenta un período de mejoría que luego se detiene o retrocede de forma abrupta. Esa caída, después de un avance relativo, genera lo que Davies denomina “frustración relativa”, un desfase entre lo que las personas esperaban alcanzar y la realidad presente.
La idea central expuesta es que la clave de una revolución no reside en la pobreza absoluta, sino en el quiebre de expectativas. Reyes aplica esta hipótesis al caso cubano y sostiene que, si el gobierno busca evitar estallidos similares al del 11 de julio, no puede permitirse un escenario de mejoría que despierte esperanzas.
Cuando esas expectativas chocan con un sistema que no permite avanzar, la frustración podría derivar en un levantamiento. Por ello, según el sacerdote, la estrategia consistiría en impedir el surgimiento de esperanzas, endurecer las condiciones de vida, dejar a la población sin alternativas en medio de la enfermedad y la indigencia, y emitir leyes que hagan más pesada la existencia.
Reyes concluye afirmando que, aunque su planteamiento es una hipótesis, el ser humano puede sorprenderse a sí mismo y, en algún momento, preguntarse por qué debe continuar viviendo en esas condiciones. De esa pregunta, afirma, podría surgir un “basta ya” definitivo.