Irene Rodríguez, una de las figuras más destacadas de la danza española y el flamenco en Cuba, radicada desde hace años en Estados Unidos está a punto de conquistar otro sueño. Esta vez , por primera vez, ¡será la coreógrafa de una de sus óperas favoritas: CARMEN!
" Tendré el honor de crear la coreografía y actuar como Bailarina Principal Invitada en esta nueva producción presentada por la Dayton Performing Arts Alliance, que reúne a la Dayton Opera, el Dayton Ballet y la Dayton Philharmonic Orchestra, bajo la batuta de Chelsea Gallo.
El estreno tendrá lugar los días 1 y 2 de noviembre en el Schuster Center, en Dayton, Ohio, con la participación de unos 80 artistas en escena, además de los increíbles músicos de la orquesta.
Mi más sincero agradecimiento a Kathleen Clawson por su confianza e invitación, y a Brandon Ragland por pensar siempre en mí.
"Será un verdadero placer trabajar con su hermoso ballet", señaló Irene."
La bailarina durante años dirigió su propia compañía, Compañía Irene Rodríguez, con la que representó a Cuba en escenarios de América y Europa, presentando espectáculos que fusionaban la esencia del flamenco con la teatralidad y la fuerza expresiva de la danza contemporánea.
Entre sus mayores logros destacan su participación en el Festival Internacional de Ballet de La Habana, donde fue invitada especial en varias ediciones, y su presentación en el Kennedy Center de Washington D.C., donde recibió elogios de la crítica por su elegancia, temperamento y dominio técnico.
Ha sido reconocida con múltiples premios por su contribución al arte danzario y su escuela en La Habana formó a decenas de jóvenes bailarines que hoy continúan su legado. Su trabajo ha sido descrito como una renovación del flamenco cubano, con un estilo propio que combina pasión, dramatismo y precisión coreográfica.
Con este nuevo desafío en Dayton, Ohio, Irene continúa expandiendo su trayectoria internacional, llevando su arte y su visión coreográfica a una de las óperas más emblemáticas del repertorio universal: Carmen, una historia donde el fuego y la libertad del personaje principal encuentran en su danza un lenguaje perfecto.