La crisis del transporte en Cuba suma un nuevo capítulo. La Dirección Provincial de Transporte de Sancti Spíritus anunció que el tren “El Espirituano”, que enlaza la provincia con La Habana, reducirá su frecuencia de viajes a una sola salida semanal a partir del lunes 6 de octubre, debido a limitaciones operativas y escasez de recursos.
El servicio, que durante el verano ofrecía dos viajes por semana, solo circulará los lunes, saliendo desde la Estación Ferroviaria de Colón a las 7:10 p.m.. El trayecto de retorno desde la Estación Central de La Habana se mantendrá los martes, permitiendo el regreso de los pasajeros al centro del país.
La medida, aunque presentada como temporal, refleja el deterioro profundo del sistema ferroviario cubano, afectado por la falta de mantenimiento, combustible y piezas de repuesto. En los últimos meses, el Ministerio de Transporte (MITRANS) ha reconocido públicamente que la disponibilidad técnica de locomotoras y coches se encuentra “muy por debajo de lo planificado”, debido a averías, vandalismo y la imposibilidad de importar repuestos.
El déficit de diésel agrava aún más el panorama, dejando paralizados numerosos trenes interprovinciales y cancelando rutas que durante años fueron esenciales para conectar comunidades alejadas.
“El Espirituano” —una de las pocas opciones económicas que aún unía a los viajeros del centro del país con la capital— era considerado un salvavidas frente al caro y limitado transporte por carretera, pero su reducción a un solo viaje semanal deja a miles de pasajeros en la incertidumbre.
Autoridades locales intentan transmitir calma y aseguran que se realizan “esfuerzos para garantizar la continuidad del servicio dentro de las condiciones actuales”. Sin embargo, los usuarios expresan su frustración ante un sistema que se desmorona a simple vista.
La red ferroviaria cubana, que alguna vez fue símbolo de progreso y orgullo nacional, vive hoy uno de sus momentos más críticos: vías en ruinas, trenes oxidados y un déficit logístico que limita severamente la movilidad entre provincias.
La reducción de “El Espirituano” no es un hecho aislado, sino una señal más del colapso estructural del transporte ferroviario en Cuba, donde cada ajuste “temporal” se convierte, casi siempre, en otro paso hacia la desaparición definitiva de un servicio que fue vital para millones de cubanos.
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