El periodista Mario Pentón hace suya una denuncia proveniente de Cienfuegos que ha encendido las redes sociales. La publicación, compartida en su cuenta de Facebook, muestra imágenes del agua que llega a los hogares de la ciudad, un líquido que, según los cubanos que padecen la crisis, se ha convertido en un símbolo del sufrimiento cotidiano.
“Esto es lo más inhumano que existe en el mundo: nos están matando lentamente. Es el agua, es la luz, las enfermedades; no hay comida, no hay medicinas. Esto es un mecanismo diabólico, y si hablas, te meten preso”, escribió Rodolfo Gama, el autor original de la denuncia.
Los comentarios que siguieron a la publicación reflejan la indignación y desesperanza de los cubanos ante una crisis que consideran sistemática. Rosarío Lazo asegura: “¡Dios!... lo que está pasando en ese país ya es alarmante, no se pueden ignorar estas cosas; hay que denunciar internacionalmente, es inhumano, eso es genocidio, matando a un pueblo entero lentamente. Yanet Tovar Castillo clama por intervención externa: “No me explico que nadie pueda interceder por mi Cuba… las organizaciones… ¡Alguien que interceda, Dios mío!
Norma Cardella se une al lamento: “Dios mío, qué horror. ¿Hasta cuándo tanto sufrimiento?”.
Vivian Cecilia pide protección divina: “Dios santo, ampara mi hija, mi nieta, mi familia, mis amigos, ampara a mi Cuba, basta ya de sufrimiento, Patria y vida".
Lucesita Arnold describe el impacto del déficit de servicios básicos como una forma silenciosa de muerte: “Creo que es un crimen terrible, no hay que matar con balas ni paredón; esa agua, la falta de alimentos, la falta de luz eléctrica, la falta de medicamentos, el estrés y la falta de esperanza te van matando también”.
Iris González Román recuerda que esta situación persiste desde hace años: “Que muchos no estén cuestionando qué es mentira el tema del agua en Cienfuegos, es así y de mucho tiempo; están matando a Cuba, qué triste es todo el tema de salud, corriente, agua y alimentación, lo básico de la vida"
Otros usuarios describen la situación como insostenible y profundamente injusta. Denis Sosa Chaviano: “Por Dios, ya es inhumano lo que se está viviendo, madre mía, ¿hasta cuándo ese gobierno va a mantener un pueblo así?”. Deyma Álvarez lamenta: “Realmente cada día está peor nuestro pueblo, cuánto dolor me da ver cómo están sufriendo parte de la humanidad cubana”. Isabel Pérez apunta a la represión como causa de la resignación: “Y mientras sigan aguantando, será cada vez peor, pero es de madre también por la represión que hay; esa dictadura lo que lleva es metralla. El pueblo está atado de manos y pies”.
Finalmente, YG. Alcántara detalla el drama de la provincia de Granma: “Solo algunos circuitos reciben agua del acueducto; el resto debe comprarla a precios imposibles. Mi salario es tan miserable como las migajas que recibimos de este gobierno”.
Esta denuncia, amplificada por Pentón, refleja el rostro humano de la crisis en Cuba, donde lo cotidiano se ha vuelto un mecanismo de sufrimiento constante, y donde la voz de los ciudadanos lucha por ser escuchada en medio de la opresión.
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