La extenista estadounidense Serena Williams ha sido distinguida con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025, en reconocimiento a su brillante trayectoria profesional y su influencia más allá del ámbito deportivo. La noticia fue anunciada este miércoles por la Fundación Princesa de Asturias, que subrayó el legado de una atleta que no solo acumuló títulos, sino que también desafió normas y abrió caminos para nuevas generaciones.
Williams, de 43 años, se impuso entre 30 candidaturas evaluadas por el jurado, presidido por la nadadora paralímpica Teresa Perales. El acta destaca su récord de 73 títulos individuales, entre ellos 23 Grand Slams y cuatro medallas de oro olímpicas, además de su firme activismo por la igualdad de género y los derechos sociales.
“Es una de las mejores tenistas de la historia, pero también una figura transformadora que ha dejado huella en la cultura, la sociedad y el deporte”, afirmó Perales durante la lectura del fallo.
Nacida y criada en Compton, un barrio de Los Ángeles marcado por la violencia y la falta de oportunidades, Serena irrumpió en el circuito profesional rompiendo estereotipos. En una disciplina históricamente elitista, su presencia —junto a la de su hermana Venus— desafió las estructuras tradicionales del tenis, tanto por su talento como por su estilo.
Uno de los momentos más recordados de su carrera ocurrió en 2001, cuando fue abucheada en Indian Wells en medio de acusaciones infundadas contra su familia. Serena decidió boicotear el torneo durante más de una década, y solo regresó en 2015, después de encontrar inspiración en el libro de Nelson Mandela El largo camino hacia la libertad. “Me hizo reflexionar sobre el perdón y la reconciliación”, dijo entonces.
A lo largo de su carrera, Williams no solo brilló con la raqueta. Se convirtió en un símbolo de empoderamiento, usando su plataforma para hablar sobre el racismo, el machismo y las desigualdades en el deporte. Su influencia alcanzó también el mundo de la moda, los negocios y los medios de comunicación, donde dejó claro que el deporte puede ser un espacio de lucha y transformación social.
“Si tienes la posibilidad de alzar la voz y ser un modelo, ¿por qué no hacerlo?”, dijo en una de sus muchas intervenciones públicas. Serena eligió siempre el camino más difícil, pero también el más inspirador. Su mensaje ha calado en millones de personas y ha contribuido a visibilizar realidades muchas veces ignoradas por el deporte profesional.
Hoy, retirada del circuito, sigue siendo una figura influyente y admirada. Con este reconocimiento, España se suma al homenaje mundial a una mujer que redefinió el tenis y usó su fama para impulsar cambios reales.
Fuente: El País
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