Elon Musk, empresario y exdirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), expresó su descontento con la nueva reforma fiscal promovida por el presidente Donald Trump, asegurando que la medida contradice los principios de austeridad y eficiencia que él mismo impulsó desde el gobierno.
“La nueva ley de gasto es decepcionante. En lugar de reducir el déficit, lo incrementa, y además debilita el trabajo del equipo de DOGE”, declaró Musk en un adelanto de una entrevista que será emitida este fin de semana. Sus declaraciones surgen el mismo día en que SpaceX, una de sus compañías, sufrió otro fallo técnico durante una prueba de vuelo.
El paquete fiscal, celebrado por la Casa Blanca como una “gran y hermosa ley”, busca extender los recortes de impuestos implementados en 2017, beneficiando principalmente a los sectores de mayores ingresos y a las grandes corporaciones. A cambio, se propone una reducción drástica del gasto público, con recortes en áreas clave como educación, salud y programas sociales.
Sin embargo, tanto analistas económicos como la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) han advertido que la medida aumentará significativamente el déficit presupuestario. Según cálculos oficiales, la reforma fiscal podría generar un agujero de hasta 3,8 billones de dólares para 2034, a pesar de reducir el gasto estatal en aproximadamente 1,5 billones.
La aprobación del proyecto en la Cámara de Representantes fue ajustada: 215 votos a favor y 214 en contra. Todos los legisladores demócratas y dos republicanos, Thomas Massie (Kentucky) y Warren Davidson (Ohio), votaron en contra. Además, Andy Harris, presidente del Caucus de la Libertad, optó por abstenerse. El texto aún debe pasar por el Senado, donde su futuro es incierto.
Desde su salida de la administración pública, Musk había anunciado que volvería a concentrarse en sus empresas, en particular Tesla, que ha atravesado un difícil comienzo de año con una baja en su rentabilidad. En una reunión con accionistas, el magnate había anticipado que dejaría de participar activamente en DOGE a partir de mayo.
No obstante, sus recientes comentarios dejan claro que todavía sigue comprometido con la idea de una administración pública más eficiente. Como jefe del DOGE, Musk promovió políticas agresivas para reducir el tamaño del Estado, incluyendo el cierre de agencias, la eliminación de programas federales y despidos masivos, medidas que generaron controversia pero también apoyo en ciertos sectores conservadores.
Durante su intervención televisiva, el empresario también lanzó una indirecta al eslogan del presidente Trump: “Una ley puede ser grande o puede ser hermosa, pero no estoy seguro de que pueda ser ambas cosas”. Con esta frase irónica, Musk buscó desacreditar el optimismo del mandatario sobre el impacto positivo de la reforma.
El desencuentro entre Musk y Trump refleja tensiones dentro del propio bloque conservador sobre cómo manejar las finanzas públicas. Mientras el presidente apuesta por estímulos fiscales a grandes empresas, Musk parece insistir en un enfoque más austero y estructurado, preocupado por las consecuencias a largo plazo del endeudamiento.
Fuente: Ámbito
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